Por Mariela Galcerán, Liliana Orellano, Miguel Vital y América Quiroga
Es cierto que la violencia data desde épocas remotas, desde la era patriarcal. En la actualidad un porcentaje altísimo de las mujeres sufre distintos tipos de violencia, doméstica, laboral, e incluso en las escuelas.
Cuando hablamos de violencia de género nos referimos a la presión ejercida por parte del hombre hacia la mujer. Puede ser sexual, física o psicológica. Tenemos un claro ejemplo del tráfico de mujeres, violencia sexual y en ciertas sociedades mutilaciones genitales aberrante.
Más allá del vínculo, es un problema que genera desconcierto a nivel mundial, no debemos dejar de lado este tema, ya que en nuestras vidas podemos llegar a padecerla sin darnos cuenta. ¿Por qué?
Tenemos hijas, somos madres, hermanas y tías, todos los roles femeninos que asumimos, y alguna de ellas puede sufrirlo. No debemos dejar que esto siga sucediendo.
Hoy existen lugares de contención donde se puede concurrir. Orientar, enseñar y evitar, debería ser un lema impuesto a tener en cuenta.
Es que la violencia genera violencia. Y en algunos casos es mejor alejarse para evitar un incidente irremediable. Cuando la crueldad es doméstica y no se puede controlar al agresor, es mejor que la víctima asuma su condición y se aleje del hogar en forma preventiva para evitar daños mayores.
En nuestro país muchas de las atormentadas fueron brutalmente asesinadas, a pesar de los gritos de auxilio, y las numerosas denuncias. Y lo peor es que se está haciendo cada vez más frecuente.
¿Y la justicia, qué medidas toma con respecto a este mal?
Las mujeres se dirigen a las comisarías y realizan denuncias, una y otra vez. Recién toman las prevenciones cuando el daño es irreversible.
En nuestro país, como en otros lugares, se están implementando algunos cambios en la legislación vigente, a fin de dar resguardo y protección a esas mujeres, es todo el núcleo familiar el que soporta, y necesita asistencia psicológica.
El maltrato a veces se sufre en silencio, es por eso que tienen que existir nuevas estrategias para frenar esta fatalidad.
Una medida, seria enfocar la problemática a través de los medios de comunicación, como manera de concientizar a la población sobre esta dolencia, y evitar que este cáncer siga trascendiendo. Muchos de nuestros actores, actrices y personalidades reconocidas, se sumaron a esta lucha, como forma de solidarizarse con las víctimas.
Vemos en la televisión espacios publicitarios dedicados a las distintas formas de frenar este problema, ya que varias mujeres y niñas desaparecieron de sus hogares y muchas familias aún las están buscando. Las llevan a lugares clandestinos donde las hacen ejercer la prostitución.
Ahora lo importante es seguir haciendo hincapié desde nuestros hogares, en las escuelas y desde todo ámbito que sea posible, para disminuir la explotación, el tráfico, el maltrato y que se deje de robar la niñez y los sueños de muchas mujeres.
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