Entrevistando al ex presidente Néstor Kirchner |
Con una cálida bienvenida en LU2 Radio
Bahía Blanca, luego de concluido el programa “Dalo por Hecho” del que
participa, Florencia se prestó a una entrevista que ya habíamos concertado.
Florencia en el informativo |
Empecemos por lo
obvio, le dije,
o sea…. y allí ella, con una
carcajada me dice:… sí, cuándo empezaste…
y comenzó a contar:
En el 88, cuando estaba en el
secundario, hice un curso de Periodismo Deportivo, en ese momento no había
ninguna carrera de ese tipo en Bahía Blanca. Mi tío Carlos Vecchietti tenía el programa “Buen día Viajero”, allí
comencé a trabajar de movilera. Luego me recibí de Periodista Deportiva. ¡Ahí
nació la movilera! Lo que tiene el Periodismo en la calle es que tiene mucho de
oficio. El movilero va donde está la noticia; estás con la gente, en sus casas,
dónde fue el accidente, es el que tiene la noticia en la epidermis. En radio
tiene una doble misión porque son su ojos. Tiene que ser lo suficientemente
descriptivo como para que vos, que estás en tu casa escuchando, te puedas hacer la imagen lo más acertada posible
de lo que el movilero está viendo. Luego de ésto, egresé del secundario,
comencé a estudiar Historia en la U.N.S y mientras tanto empecé a hacer notas
para un programa de televisión de Néstor
Machiavelli; trabajé
en Radio Universal, Identidad y Palihue. Era la época del inicio de las FM y
por lo tanto había mucho de informalidad, poco de especialización y mucha
expectativa de ver que era lo que se podía hacer porque había mucho lugar para
realizar la tarea y pocos periodistas. Era muy joven, no tenía demasiada
práctica y tuve pequeñas intervenciones. Participé durante muchos años en el
programa “La Sombrilla” que se hacía desde Monte Hermoso. Luego empecé a hacer
más cosas con cierta regularidad, algo de lectura de informativo y comentario en
estudio y el móvil. También para el diario “La Nueva Provincia” escribí dos páginas,
una de deporte femenino; los fines de semana, una llamada “Sábado en la
Peatonal” y colaboraciones en “Bronceado”, un suplemento de verano. Además,
hice la conducción de un programa de campo en Canal 7. Después de Universal
empecé a hacer la producción de “Por Bahía” en Canal 9 por casi nueve años y
dejé el diario. Mientras tanto surgió venir a trabajar en LU2, ya efectiva.
-Lo que siempre me llamó la atención de vos, aparte de la
alegría que siempre tenés y trasmitís, es que no hay muchos periodistas que
informen tan claramente como lo hacés, revelás que tenés formación en los temas que tratás, por
ejemplo la información que das desde Tribunales.
El Periodista es un
especialista en generalidades, tiene un mar de conocimiento pero de un
centímetro de profundidad, salvo el periodista deportivo.
-¿A vos te
parece que es porque ha cambiado el público, la audiencia?
No, creo que es porque hay más oferta
entonces la gente elige más.
-¿Pensás que a
la gente le interesa que se le desarrolle una noticia en forma muy extensa, que
le den muchos detalles del tema?
No, pero lo que sí quiere es que la
persona que hable lo haga para que entienda todo el mundo, o sea, si vos hablás
de un tema de Tribunales lo que tenés que hacer es no hablar como un abogado. A
veces la gente me pregunta ¿vos estudiaste Abogacía? Yo les digo no. Yo lo que
intento es descifrar, es como leer la receta de un médico, yo me pregunto, ésto
para qué sirve. En Tribunales ponía el acento en explicarle a la gente los
pasos, traducir el lenguaje técnico, poder hacer accesible la información para que
todos entiendan. Hice casi doce años de Tribunales. Cubrí la tragedia de Patagones, lo de Victoria y Horario, el crimen de Glasman, el caso Heit. También los juicios de Lesa
Humanidad. Un día cubrí la violación de una nenita, eso me hizo muy mal y
dije no. En algún momento de tu vida algo te hace un “click” y decís acá paro,
hasta acá llegué, quiero cambiar. Me pareció que era un momento para cambiar,
pedí de volver al móvil general. Mientras tanto surgió de estar en la Mesa con Lorenzo Natali, no había estado nunca y
fue un tiempo de prueba para mí. Y luego volví a la calle con el móvil. Ahora,
también, estoy participando de “Dalo por Hecho” hasta febrero. En la tarde
tengo el espacio “Buenas-Buenas”.
-En estos 26
años que llevás de profesión ¿vos pensás que a algunos periodistas les ha
cambiado el rol, que pasaron a ser ellos
los protagonistas de la noticia?
No, no acá en Bahía. Hay que ver cuál
es la mirada que uno tiene del Periodismo. Yo la que tengo es del Periodismo
como Servicio, el de informar pero también el de aportar algo. Ahí va asociada
la parte de la alegría. Yo creo que vos podés trasmitir una noticia sin
necesidad de ser tan ceremonioso o tener
un gesto adusto, claro si las circunstancias lo merituan. Creo que la sonrisa
está devaluada. Que se pueden hacer las dos cosas, con más amabilidad, con más
explicación, tratando a la gente como si uno estuviera charlando en su casa, pueden
entender mejor las cosas. No me sirve dar cátedra. El periodista deba pasar lo
más inadvertido posible y que la gente analice: ¿qué toma de esa noticia, cómo
la toma y qué quiere hacer con eso?
-¿Cómo has
vinculado el Periodismo con el Arte? ¿Vinieron juntos, o uno vino primero?
En realidad una cosa es consecuencia
de la otra. El arte estuvo siempre. Todos en mi familia son artistas, somos
seis hermanos y catorce sobrinos. Una linda familia. Mi Papá era médico
pediatra y tocaba muy bien la guitarra, tenía una voz hermosa, cantaba folklore
y tango y era muy divertido. Actuaba en las fiestas de fin de año de medicina
pediátrica, y éso en algún lugar está. Y a partir del 2010, por circunstancias
personales, cambié la cabeza, iba a clases de canto desde hacía muchos años y
por una circunstancia casual en el Histórico Café Museo el dueño me invitó a
cantar tango y me pregunté ¿porqué no hacerlo? Así armé mi show “Canciones de
Amor y de Humor”, con tangos, milongas, melódicos y rancheras mejicanas; me gustaba que las
canciones tuvieran un hilván y que la gente se divirtiera, que yo me divierta.
Esas cosas te rescatan de muchas cosas, del laburo, que en generalmente son
malas noticias y de lo cotidiano de la vida. En el marco del Festival del Tango
hice “El Morocho y la Flor”. En dos oportunidades en el Paseo de la Pasos
Perdidos del Congreso de la Nación con una delegación de Bahía en acto de
Reparación Histórica de Carlos Di Sarli
y en el 93º Aniversario de la Radiofonía. Con Gaby "la voz sensual
del Tango", hacemos a veces “Noche de Brujas” y “Muñecas Bravas” en el
Histórico Café Museo. Ahora estoy pensando un show distinto, en el que tenga
alguna intervención el público.
-Contame,
¿alguna “metida de pata” o alguna nota rara?
Muchas, por ejemplo que se te abra el
micrófono, encajarse con el móvil en medio de la nota. Otra cuando vino Carlos
Saúl Menem al CONICET, ya había cubierto
el acto y me estaba volviendo al auto, cuando veo que baja el helicóptero a cien
metros de donde estaba, entonces empiezo a correr a campo traviesa, grabador en
mano y bolso. Lo veo a Menem, Ramón Hernández, Corach, Kohan y toda la
delegación. A pocos metros de llegar a ellos se me rompe el taco del zapato, seguí
corriendo hasta que llegué hasta Menem, él me miró, se empezó a reir y me dio
la nota. Le hice las preguntas con el taco y el grabador en la mano.
-¿´Tenés alguna
noticia que puedas decir “ésta fui mi la nota”? O no hay ninguna en particular?
A veces uno le hace una nota a alguien
más ignoto. Entrevistar a los padres de un chico muerto es algo que me
conmueve, a Silvia Braun, a Perla Muñoz. Como contraparte de las
malas noticias yo tengo un espacio ahora a la tarde, que se llama “Buenas.
Buenas” que intenta mostrar la sociedad silenciosa que hace el trabajo
solidario. Una de las notas que más me emocionó fue a Marisa Businelli, es la mamá de tres chicos, el más pequeño no tuvo
problemas de salud hasta los 5 años y luego desarrolló una enfermedad
neurodegenerativa, es un chiquito con muchas dificultades y ella, superando ese
dolor, creó una O.N.G. viendo que los chicos que tienen discapacidades, pese a
que van a escuelas especiales, no tienen
un lugar de recreación. Entonces tiene una casita, un lugar donde se juntan los
chicos. Esos héroes anónimos son los que me conmueven, la gente de “Hogares de
Belén” o Nela Agesta, por ejemplo. Mis
padres siempre han tenido actitudes solidarias. Mi mamá trabajó con ella en un
hogar en forma solidaria durante treinta y cinco años, o sea que conozco lo que
es el laburo internamente y lo que es la ingratitud que hay detrás del trabajo
solidario; ese trabajo anónimo del día a día que no siempre se conoce. “Red Solidaria”,
“Ayuda-Le”, cantidad de comedores, O.N.G., gente que hace tarea de prevención en
la calle, de prevención de suicidio y tantos otros. O los médicos que operaron
a una beba que tiene el corazón del tamaño de una aceituna. Yo desde mi lugar
intento visibilizarlos para que no quede la sensación de que nadie hace nada
para que el mundo esté mejor. A veces está esta sensación de desesperanza
porque hacen más ruido los malos. A veces hay que hacer una mea culpa en los
medios, ¿la gente consume eso o es lo que el medio le da? A mí me ha pasado
muchas veces que después de las “Buenas-Buenas”, la gente llama y dice gracias.
Son cosas que a uno le gratifican. Esas noticias hay que contarlas.
-¿Hay cosas a
las que le decís no?
Yo trabajo con mucha libertad. Le digo
que no a las cosas que tienen que ver con algo que no sume, el sólo lucimiento
personal me fastidia un poco, o cubrir una noticia de un hecho negativo y
utilizar el amarillismo o resaltar la faceta más cruel. Con el dolor ajeno no
se juega, ese es mi límite.
-¿Algo que te
gustaría hacer?
A mí me hubiera gustado ser muchas
cosas y lo que tiene el Periodismo es que te permite cubrir todas esas facetas
un poco cada día y es lo que hace que no te aburras. No tengo grandes
frustraciones. El trabajo de periodista tiene mucho de histriónico cuando te
parás frente a la gente para pedir una nota. Lo que tiene la radio es que vos
entrás en la casa, sos uno más y la gente te saluda como si te conociera,
porque vos estás todos los días con ellos.
-¿Cómo cuidás tu
voz?
El día que canto suelo dormir bien, no
salir, descansar. No fumo, hago la administración del aire, los ejercicios de
la voz. Hice la carrera de Locución Nacional en el Juan XXII, que duró tres
años, pero yo hablo como me gustaría que me hablaran, charlando frente a
frente.
-¿Qué te
gustaría que se resaltara en esta nota?
Que el Periodismo es un servicio y que
también los medios pueden ser portadores de buenas noticias. Creo que se puede
hacer un periodismo positivo, sin descuidar lo otro y un periodismo responsable, de chequear la
noticia, de informar bien, de explicar. A veces faltan datos, referencias o se
publican noticias sin contexto, puede ser por falta de preparación o de falta
de responsabilidad de quienes contratan pero también tiene que ver con una
responsabilidad personal. Yo me intereso siempre en escuchar la crítica, porque
eso es lo que te puede aportar.
-Creo que una
cosa que vos tenés, y que me encantaría tenerla yo, es la credibilidad.
Sí, pero eso se construye. Se
construye y se destruye. La credibilidad no sólo es del medio, también uno
construye su credibilidad personal independientemente de aquel.
¡Gracias Florencia
Albanesi! Periodista, Locutora Nacional y Artista. Creíble y querible.
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