Guadalupe Goñi
Los chicos divirtiéndose mientras juegan al vóley. |
El lunes por la tarde, en la
biblioteca Almafuerte, se llevó a cabo
un festejo por el día del niño. La celebración estuvo colmada de risas, música,
juegos y un gran número de pequeños de todas las edades que, con sus familias,
fueron a divertirse y pasar la tarde. La entrada era libre y gratuita.
Tanto el exterior como el interior
de la biblioteca estaban decorados con globos y banderines de distintos
colores. Dentro, también, había carteles deseando un feliz día a los
protagonistas de la tarde, e incluso un cartel en donde se describían los
derechos de los niños. Comenzó a las 14:00 y en poco tiempo, más de un centenar
de pequeños ya estaban dentro de las instalaciones.
Más allá del salón techado se
extiende un amplio espacio verde, oficiando de patio recreativo. Allí se
desplegaba un sin fin de posibilidades para el entretenimiento de los chicos:
desde una canchita de fútbol y basket, pasando por una red de voley, hasta
árboles para poder jugar a las escondidas y la mancha.
Lorena, Marcela y Belén estaban
sentadas en el borde de un cantero, tomando mate y charlando. Lorena y Marcela
son madres de dos varones, y Belén es mamá de una dulce chiquita. No es la
primera vez que asisten a este tipo de festejos barriales y consideran que son
la ocasión perfecta para sacar a los chicos de en frente de las pantallas que
ya forman parte de la cotidianeidad. Ellas festejan que sus hijos se diviertan
al aire libre con juegos tradicionales que, de otra manera, no jugarían.
Al ser un evento convocado por la
biblioteca del barrio, como se acostumbra desde hace diez años, la mayoría de
los participantes se conocía. Mientras que los niños optaban por andar en bici,
correr y jugar, las familias se dispersaron para conversar y observar a sus
hijos, sobrinos, nietos, desde la distancia. El día, a pesar de estar un poco
ventoso, acompañó los festejos con un radiante sol durante toda la tarde.
Eliana y Mía, de trece y diez años
respectivamente, comentaron que sus juegos favoritos son al aire libre y que no
querían desperdiciar la oportunidad de ir y jugar con sus amiguitos.
Un grupo de cinco voluntarios del
Instituto Avanza, que cursan el primer año de la carrera de educación primaria,
eran los encargados de servir jugo en vasitos descartables a todo aquel que se
los pidiera. Más tarde, sirvieron leche chocolatada y repartieron torta,
bollitos y demás comida dulce que amablemente cocinó la gente de la biblioteca
en conjunto con el centro de jubilados del barrio.
A las 16:00 hs comenzó el show del
grupo de animación infantil “La Caracola”, compuesto por Mayra y Silvana, dos
profesoras de música que hace tan solo un par de meses se unieron para crear un
show lleno de cuentos, risas y cantos. Muchos de los niños estaban sentados al
frente en almohadoncitos, otros estaban subidos a “upa” de sus padres o
abuelos. Un par de sillas y butacas también estaban disponibles para los
adultos que desearan un descanso.
A partir de las 17:00 hs comenzó el
momento de tomar la leche y comer algo rico para recuperar las energías
perdidas. Por unos minutos las colas se hicieron interminables, repletas de
niños alegres y expectantes a la merienda. Música infantil comenzó a sonar
fuertemente por unos parlantes mientras que muchos de los niños se retiraban al
patio, con un vasito en la mano y comida en la otra. Ya cerca de las 18:00hs,
los gritos comenzaron a disminuir, a la vez que el frío se hacía presente. El
festejo terminó pero los niños se iban con sonrisas y globos.
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