Al empezar a escribir las notas en el blog,
por primera vez surgieron miles de incógnitas a la hora de salir a la calle,
realizar entrevistas y apasionarme por cada una de las notas que redactaba.
Encontré en todos mis trabajos una moraleja
distinta. Así fue que cada vez que me tropecé con un personaje descubrí algo
diferente, dependiendo del enfoque que tuvo la información.
Me marcó profundamente entrevistar a Noemí
Equer, ya que me topé con una mujer que cambió mi manera de mirar la historia
desde la corta entrevista realizada. Ella me mostró el maravilloso mundo de los
chicos con capacidades diferentes, y entonces pude entender que no todo es
superfluo y abstracto y que hay algo más profundo en el alma y el corazón de
los seres humanos. Relató la forma de trabajar con sus alumnos, cada uno tenía
una cualidad que lo caracterizaba. Mauro, Walter y Damián, algunos de los que
participaron en los Torneos Bonaerenses, supieron representar a la ciudad de Punta Alta con
los trabajos manuales expuestos, realizados con materiales reciclables.
La importancia de insertar a los chicos en
nuestro entorno me lleva a reflexionar ¿No seremos nosotros los que tendríamos
que aprender a insertarnos en su mundo?
En nuestra sociedad estamos acostumbrados a
rechazar lo diferente, y lo que me llamó la atención al encarar mi sección de
INTERÉS GENERAL, fue la manera en que ellos se relacionan con nosotros,
evidenciando la necesidad de ser aceptados. Pueden entender la importancia de la recuperación
de los materiales reciclables y el cuidado del medio ambiente mucho mejor que
cualquier ser humano, e incluso son extremadamente sensibles y pueden percibir
quién los acepta y quién no.
Mi experiencia personal en lo que respecta al
tema es la falta de inserción y la despreocupación a nivel sociedad en lo que
afecta a las necesidades básicas. No cuentan con transporte propio para
movilizarse a otras escuelas o realizar un viaje o excursión para recrearse. Asimismo, no disponen de escuelas donde ellos
puedan desarrollarse una vez completado el primer y segundo nivel de la escuela
especial y poner en práctica sus labores.
Los padres de estos chicos sienten la
necesidad de ser escuchados. Conozco muchas personas con esta problemática, es
por eso que me encontré con cuantiosas voces de llamado de auxilio, que se
interesaron en el blog y en la manera en que plantee en un primer momento un
tema de importancia: la necesidad de un ascensor para el registro civil. Fue entonces que empecé a sentir que la sociedad
necesita un lugar donde poder expresar sus necesidades, los pedidos de ayuda y
la impotencia de querer que el mundo sepa de esas falencias.
También encontré un referente cuando pude
entrevistar a Maximiliano Guerra, quien expresó con humildad que “no existen
capacidades diferentes, todos tenemos capacidades para realizar diferentes
cosas”.
Y me di cuenta que desde un rinconcito de la
humanidad uno puede manifestar las necesidades, las alegrías, los gestos de
solidaridad o un evento, y con ese granito de arena donde volcamos nuestros
sentimientos y nuestra vocación estamos generando en otros una esperanza a esa
necesidad de ser escuchados.
Asimismo logré enriquecerme con cada proyecto,
encontré gente dispuesta a ayudarme, me permitieron insertarme en sus vidas, me
enseñaron a ser una mejor futura profesional. Entendieron que aún soy una
estudiante, porque cometí errores al improvisar y mis entrevistados lo
disimularon muy bien, eso te da la pauta a seguir esforzándote por mejorar.
Recuerdo las primeras notas en el primer cuatrimestre, Florencia e Ivana
Martínez corregían mis errores, cómo olvidar la ayuda de mis compañeras de
primeras letras.
Aún tengo un largo camino por recorrer, sólo
Dios lo sabe y voy a seguir trabajando para lograr escribir de la mejor manera
posible, recordando mis errores para evitar cometerlos a futuro y guardando
cada enseñanza de mi sección, que logró cautivarme más aún a la hora de esbozar
mis notas.
Un merecido
descanso para mí y el grupo que conforma Periodismo en Redacción que fue
tomando forma gracias al esfuerzo de Damiano, Luján, Carina e Isabel, que
fueron el corazón de esta nueva herramienta que nos dio la posibilidad de
expresarnos.
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