Después de cincuenta años, el establecimiento “LA MARTINA” volvió a vestirse de gala para hacer honor a las tradiciones argentinas, dentro de un ambiente familiar y cordial.
Por Sebastián AhumadaRecta final en las riendas. |
Con el sol de testigo y las temperaturas
que rondaban los 25°, el domingo pasado, se llevó a cabo el encuentro de
destrezas criollas en el establecimiento “LA MARTINA”, ubicado en la ruta
provincial 249, kilómetro 669,5 del partido de Coronel de Marina Leonardo
Rosales, Buenos Aires.
El evento comenzó temprano por la mañana.
Allí se reunieron diferentes centros tradicionalistas de la zona: Sierra de la
Ventana, Pringles, Pigué, Dorrego, Pehuen-co, Tres Arroyos, Bahía Blanca y
Punta Alta.
Maximiliano Paz y Florencia Leville esperando turno. |
De las destrezas realizadas este domingo se
destacaron: la sortija,
vuelo del
pato, riendas
de 8 y 10 metros y las
cañas. Todos los participantes pusieron todo de sí y tenían entre 10 y 60
años.
PeR entrevistó al presidente de la
agrupación gaucha “EL LUCERO”, Rodolfo Pereyra, organizador del evento, quien
dijo: “El público ha respondido, todos los chicos están contentos y vamos a ver
si podemos organizar un encuentro por mes, así nos reunimos todos: los chicos y
la gente que venga a pasar un día de campo”.
Este evento es totalmente gratuito y su
organización es totalmente independiente. Es un grupo reducido de cuatro
personas, que ponen en marcha las ganas
de mantener las tradiciones argentinas vivas, a través de las destrezas
ecuestres. “Hace cincuenta años que no se hace nada acá. Una vez se hizo una
doma y como participamos en todos los eventos, decidimos organizar algo en
nuestro campo” explica Rodolfo.
“No tenemos ayuda de nadie, nosotros
viajamos solos, nos manejamos solos: mi señora, mis hijos y yo. Andamos por
todos lados y esto lo organizamos nosotros, sin la ayuda de nadie. Solamente la
ayuda de la gente que viene a colaborar, de ustedes que se acercan a mirar y
los chicos de los centros tradicionales” explicó Pereyra, cuando se le preguntó
por la organización.
“Nos gustaría que el gobierno municipal nos
ayude un poco más. Tuvimos unos problemitas. No querían que hagamos esto,
porque se dijo que acá hacíamos carreras de galgos y acá hacemos con caballos,
la gente viene y se divierte hasta lo que más puede. Si la municipalidad o
alguna casa de alguien quisieran ayudar, bienvenido sea. Somos un grupito de
cuatro personas que representamos a Punta Alta en todos lados que vamos” dijo
Rodolfo, con cierta emoción.
Realmente una tarde bella, cargada de
tradicionalismos, arte gauchesco que ofrecieron algunos artesanos de la zona, mate,
asado, empanadas y vino. Toda la gente que concurrió al evento estuvo más que
satisfecha con las muestras de los gauchos que se hicieron presentes, pero no
sólo fueron hombres los que montaban esos hermosos caballos, sino que también
se contó con la presencia de varias mujeres.
Como es el caso de la puntaltense Florencia Neville. Ella participa de estos eventos desde el año 2007 y con 16 años de
edad, se puso al nivel de competencia de los hombres, que fueron muy audaces y
capaces en cada cotejo, montando sus bravos equinos.
Florencia pasó dos rondas y fue la mujer
que más lejos llegó en las competencias. Luego de ser eliminada por menos de
una cabeza, dijo: “La verdad mucha presión, pero muy contenta. Estoy muy
orgullosa de ser mujer y representar a las mujeres en las competencias. Me
siento al mismo nivel que los hombres al momento de subir al caballo y
competir. Me siento muy apoyada por el público y eso me pone muy contenta”
Otro personaje que dejó huella en la tarde campestre
Rosaleña, fue el joven Maximiliano Paz, de 13 años y compite desde el año 2010.
Oriundo de la villa balnearia Pehuen-co, logró llevarse el primer puesto en las
riendas de 10 metros. La prueba más importante de la tarde. “La vi bien a la
competencia, el caballo pasó bien entre los tambores. Hubieron participantes
muy complicados, pero me fue bien” dijo el pequeño. Expresó que no es la
primera vez que gana “La otra vez gané en la casa de un amigo, siempre algo
saco” recordó Maximiliano. “Ahora la familia muy contenta, mi papá y mi mama”
concluyó el pequeño gran ganador de la tarde.
Todo fue muy lindo, la organización, el
respeto entre los competidores, la buena predisposición de la gente en general,
la conducción del animador del evento y las muestras, que hacen que las
tradiciones de nuestro país no se pierdan y sigan vivas.
En torno a un ambiente familiar, grandes y
chicos pudieron disfrutar y pasar una tarde enteramente argentina. Los grandes
reviviendo épocas pasadas y los chicos, empapándose de nuestra cultura. Los dos
sectores compartieron desde las vestimentas típicas
hasta las comidas y bebidas propias de nuestra tierra.
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