Por Ignacio Ucci
Con mucha preocupación pero con la voz en alto una
importante cantidad de personas se acercó a la plaza a un mes de la
desaparición de Santiago Maldonado y pidió al Estado por el respeto de los
derechos humanos.
El 1 de agosto, tras un represivo operativo desplegado por
la Gendarmería Nacional Argentina para desalojar a una comunidad mapuche, fue
visto por última vez el joven que se acercó a defender los derechos del linaje
nativo y su lucha. El despliegue de las fuerzas se produjo en Cushamen, Chubut,
con el consentimiento de Patricia Bullrich y la presencia en la región de Pablo
Noceti, jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad. Hoy, a un mes de
desaparición de Maldonado, se realizaron marchas a lo largo de todo el país.
Tres Arroyos no fue excepción a esta gran convocatoria y la
plaza presenció una gran participación de parte de los vecinos.
Llamados a movilizarse por las organizaciones sociales APDH
(Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Tres Arroyos) y Encuentro
indígena, la presencia del pueblo tresarroyense también sumo a algunos partidos
políticos, con presencia de representantes en las bancas del Concejo Deliberante
Municipal. Además, asistieron y participaron de un micrófono abierto exponiendo
sus posturas con respecto al Caso Maldonado, al clima social que se vive hoy
(especialmente dentro del ámbito educativo) y al rol de los medios masivos de
comunicación muchas organizaciones más, entre ellas centros de estudiantes y
docentes, tanto como otras agrupaciones comunitarias.
Las ideas expuestas por los diferentes representantes a
medida que se intercambiaban el micrófono, en gran medida libres de la llamada
“ideologización partidaria” describieron una situación muy alarmante. Sumado al
ya polémico caso de una desaparición con las sospechas puestas en el
involucramiento de una fuerza dependiente del Estado, se le suma un peligroso
pensamiento presente en parte de los argentinos. Empeñados en no darle ninguna
importancia a una desaparición en tiempos de democracia, despreocuparse en
torno a lo que un gobierno hace o deja de hacer con su poder e influencia o,
quizás lo más preocupante, no permitir
que el tema sea tratado en las instituciones educativas.
A lo largo de la tarde pudimos escuchar un pedido
consensuado por todos los asistentes, y en sintonía con el reclamo de miles en
todo el país, ante el Gobierno Nacional por cumplir su obligación de buscar y
velar por la seguridad de Maldonado, así como por cualquier otra persona
desaparecida. No siendo suficiente esto para quienes piden por la aparición de
Santiago, se exige un correcto proceder por parte del Poder Judicial, como
también a una correcta moral de los funcionarios públicos sospechados de estar
involucrados en la de desaparición del joven, puesto que tienen los recursos de
manipular y encubrir su misma participación en el hecho.
Además, se pidió encarecidamente por respeto con respecto al
caso cuando sea referido por los mandatarios argentinos, así como cuando lo
abordan los medios masivos de comunicación.
Antes de la movilización por el centro de la ciudad de los
concurrentes, con sus carteles y fotografías de Santiago Maldonado elevados
como estandarte de un fuerte sentimiento de justicia y respeto por la
democracia, tomaron la palabra miembros de la comunidad mapuche de la ciudad.
Tres jóvenes en representación de su grupo, recordaron a los tresarroyenses que
más allá de la desaparición forzada de un joven (sin restarle importancia en lo
más mínimo) por defender una causa, es a los nativos de la región a quienes las
fuerzas del Estado en alianza con las grandes empresas internacionales y su
ambición de ocupación territorial violentan y suman desapariciones humanas
desde nada más y nada menos que la colonización española. Emotivamente
concluyeron confiando en que el pueblo argentino se “quitará las vendas de los
ojos ante tales injusticias”.
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