Martín Juliá
En un contexto en el cual la ciudad se ve sumergida en una imagen negativa por las bandas, todavía existen productores que se animan a apostar por “los menos”. El 7 de septiembre Bahía Blanca recibió otra vez a una de las bandas más representativas del thrash metal en Argentina , Horcas.
Tras enfrentar diferentes cambios en su formación hoy la banda está consolidada como una de las más grandes dentro del género. Entre risas y camaradería conversamos con el bajista de Horcas, Norberto “Topo” Yáñez, quien nos contó lo siguiente:
¿Como nace el hecho de empezar en el metal?
-Topo Yáñez: “Fue en los años 80 cuando mi primo más grande me llevó a ver a Van Halen, ahí me di cuenta que esas cosas me gustaban, uno mismo se da cuenta que le gusta la música, pero lo importante es estudiar música. Hace 28 años que toco el bajo, yo no soy bajista, hay chicos que tocan muy bien, mi función es hacer que suene la banda“.
¿Cómo llegas a Horcas?
-En Buenos Aires somos muy pocos, los bajistas de nuestra generación nos conocemos todos, cuando se disolvía una banda ibas a otra, y así sucesivamente.
-Se nota que disfrutan mucho de lo que hacen, ¿esto se dio desde el primer momento o a lo largo de los años?
-Me encanta esa pregunta, me gusta que te des cuenta que cuando tocamos nos divertimos porque es muy difícil tocar y divertirte, me gustaría que todas las bandas disfruten mientras tocan, cuando empezas a tocar no hay intereses, después cuando empieza a crecer empiezan a surgir intereses y ahí es cuando empiezan los problemas. Hay que tener los pies en la tierra.
Además el bajista elogió el público bahiense y mostró su interés por volver a nuestros pagos para presentar su nuevo trabajo discográfico.
Con un despliegue brutal, sonido demoledor y una fuerza explosiva única, Horcas demostró que las brigadas metálicas solo estaban dormidas, que todavía hay gente apegada a la “distorsión” y por sobre todo que aún hay motivos para seguir “luchando por el metal.”
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