Día de la madre
Por Mónica Carmelino
Abuela y tío. Un abrazo esperando justicia. |
Marta Mesa de Moscoso, una abuela/madre que espera justicia
por el asesinato de Katherine, la joven de 18 años que hace 4 años y medio
fuera encontrada enterrada en un médano de la localidad de Monte Hermoso, es
una mujer trabajadora, incansable luchadora de la vida y habitante de este
pueblo que ella considera que aún “está dormido”.
Los hechos ocurrieron en la semana del 18 de mayo de 2015,
cuando Kathy fue a bailar al boliche “Arenas” en pleno centro de la ciudad y
nunca más volvió a su casa. Intensos días de exploración, donde la población se
movilizó buscándola, donde las fuerzas policiales se hicieron presentes, para
desembocar en el trágico final que fue el hallazgo de su cuerpo -luego de una
semana- semienterrado en un médano que ya había sido rastrillado con
anterioridad; allí yacía sin vida el cuerpo de la joven.
A partir de allí, tristes hechos se desencadenaron: el
linchamiento de un hombre sospechado de responsable, Juan Carlos Canini
González; una pueblada que prendió fuego oficinas municipales y una población
pidiendo justicia en ese momento y aún hoy con marchas y manifestaciones. Pero
una justicia que aún no encontró a los culpables.
En ese marco Marta: la abuela que estaba a cargo de la
jovencita. Una mujer íntegra, que supo afrontar con entereza y esperanza los
desafíos que la vida le planteó. Una mujer que tuvo que levantarse de semejante
tragedia para pedir justicia con lágrimas y desesperación en aquel entonces y
con firmeza y entereza 4 años después. Una mujer que no se resigna a pensar que los responsables no
vayan a aparecer; que como hizo siempre en la vida una vez más se levantó como
pudo y se unió a las marchas en un desesperado pedido de justicia. Una mujer
que así como hizo comidas para vender casa por casa para criar a sus hijos, hoy
sigue amasando esperanza para poder “irse en paz”. Marta, una grande que a
través de su palabra firme y esperanzada cree que está pronto a llegar el
tiempo de saber quiénes fueron los culpables y que cumplan con el castigo que
la ley les impondrá.
Ezequiel, es uno de sus hijos que levanta las banderas y la
palabra en cada marcha, en cada entrevista, en cada reunión pidiendo justicia.
Nos decía… “yo el 80% de lo que hago lo hago por mi mamá…. La valentía y la
fortaleza que ha tenido esa mujer, yo –realmente- no lo puedo creer. En algún
momento llegamos a pensar que el corazón no le iba a aguantar. Se levantaba a
las 4 de la mañana y se largaba a llorar, veía la foto de Kathy y lloraba”,
ella decía: “yo siempre la estoy esperando”,… “y a las 4 y media de la mañana
se iba al pueblo a buscarla, y así tuvo que ir al psicólogo y al psiquiatría y
así y todo salió adelante y hoy está bien; esperando que se sepa la verdad,
pero dentro de todo está bien”. Ezequiel (39 años) cierra diciendo “el motivo
que más me moviliza para hacer todo lo que hago es mi mamá”
Y así es. Marta a sus sesenta y largos la sigue peleando.
Una mamá como muchas, pero una mamá distinta, que le tocó vivir situaciones por
las que nadie querría pasar y pocos podrían sobrellevar. Que supo criar y
cuidar tanto a sus hijos como a sus nietos, que la vida la puso a prueba y que
su sonrisa siempre tiene una mueca de tristeza por Kathy. Por la falta de
justicia. Por la espera. Por la esperanza. Por la ansiedad de que la justicia
actúe y no deje este femicidio abandonado y sin resolución en algún cajón.
Un día de la madre más. De la madre que no va a cerrar el
libro de la vida hasta saber que la memoria de su hija/nieta descansa
definitivamente en paz. A ella el homenaje de este día de la madre.
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