Lo que más me sorprendió de este camino fue
haber llegado hasta acá, aprobar el Taller de Redacción para mí fue un desafío
importante. Pero lo más importante era no bajar los brazos y seguir adelante. Al
empezar el segundo cuatrimestre, la sorpresa fue mayor cuando anunciaron que tendríamos
que escribir en un blog, y la sección era Interés General.
Empezar a ver a quién debíamos
entrevistar, y cómo hacerlo, me generaba un poco de intranquilidad. Pero al ir transcurriendo los días, el
panorama se hacía cada vez más claro.
Una de las primeras entrevistas que más me llegó al corazón fue la que realicé a la ONG Manos Entrelazadas, una entidad que trabaja con víctimas de violencia de género, tanto para mujeres como para hombres y niños.
Una de las primeras entrevistas que más me llegó al corazón fue la que realicé a la ONG Manos Entrelazadas, una entidad que trabaja con víctimas de violencia de género, tanto para mujeres como para hombres y niños.
Escuchar a Fabián, psicólogo de la entidad, me
llenó el corazón. Ver la pasión con la que trabajan con las víctimas, el apoyo que
les brindan cuando se deciden a denunciar y a dejar atrás esos momentos de
violencia, es digno de admiración, no sólo por el trabajo en sí, sino también porque están presentes con los niños que sufren este mal y acompañan a todas
aquellas personas que quieren ser rescatadas.
Quienes trabajan para los
demás lo hacen sin fines de lucro, su única recompensa es ayudar al prójimo
sin recibir nada a cambio.
En el transcurso de este camino fue importante
el apoyo por parte de los profesores, que siempre presentes me hicieron ver lo
errores. Y lo que más recalco de este transitar es la
gente que conocí, por la buena predisposición para darme una nota, como también
los que respondían las encuestas callejeras.
En otra de las notas que trabajé fue en la de LALCEC,
donde también hacen un trabajo valioso en lo que es la prevención de distintas
enfermedades, tanto femeninas como masculinas. Rita Mangold, su presidenta, trabaja en las
campañas de manera intensa y con la única satisfacción de mejorar la calidad de
vida de la ciudad.
Por todo esto el camino elegido sigue siendo positivo,
aunque cueste siempre tiene su recompensa. La mía fue conocer gente distinta,
que me mostró que cuando uno trabaja con el corazón todo es posible.
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