Lautaro Peñaflor- Bahía Blanca
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El equipo se reúne cada jueves, en un clima que sintetiza amistad y trabajo. |
Periodismo en Redacción presenció
una de las reuniones semanales de la agrupación. En la misma, pudimos dialogar
con una veintena de jóvenes integrantes del grupo, todos ellos marcados con un
gran sentido de la solidaridad y el compromiso social. Se trata de una
agrupación de estructura horizontal, en la cual “todos realizamos todas las
actividades. Por ahí hay gente que se siente cómoda desde lo operativo, y otras
en el barrio”, según comentaron Franco Cardone y Delfina Williams, miembros del
movimiento.
“El Grito” está integrado por
aproximadamente 45 personas, que continuamente forman parte de las reuniones
semanales y de las actividades permanentes. No obstante, cuentan con el apoyo
de familiares y amigos. Además, son categóricos al afirmar que “toda la gente
del barrio, para nosotros, no son ´destinatarios´ de nuestras actividades, sino
que son totalmente protagonistas. Todo lo que se hace es completamente grupal y
compartido. Nos sentimos pares de la gente de los barrios”.
Respecto a los proyectos que
tienen en marcha, los integrantes de la agrupación comentaron a este medio: “Estamos
realizando apoyo escolar en Bajo Rondeau y Vista Alegre, donde también hay un oratorio,
cada quince días: es un espacio en el que hacemos juegos con alguna reflexión
de fondo, y compartimos la merienda; tenemos, además, el Espacio Lúdico, que se
da en Envión de Bajo Rondeau, espacio al que van adolescentes de entre 13 y 18
años, que se usa para formación y talleres; también está el proyecto de Alfabetización,
que todavía no arrancó, pero nos estamos juntando con profesores del Juan
XXIII. Surgió de varios amigos de los barrios, que nos comentaron que les
gustaría alfabetizarse. En lo que tiene que ver con Construcción, trabajamos tanto
en un Club en un barrio, como en un par de viviendas, en la medida de nuestras
posibilidades. Tratamos de articular recursos, para no ser nosotros los que ´hacemos´
la casa, sino acompañar a la familia, para que pueda tener su hogar, y que sea
esfuerzo suyo; también contamos con un Círculo
de mujeres: todos los sábados, con mujeres del barrio. Somos cerca de 25, y se
van sumando. El objetivo es, entre todas, deconstruir qué miedos tenemos, qué
rol de mujer nos impone la sociedad, qué estructuras tenemos que romper. Nuestra
idea es que lo que hoy nosotros hacemos en el barrio, mañana el barrio lo pueda
hacer por sí sólo”.
Cabe destacar que el movimiento
se define independiente de ideologías políticas o religiosas. Su objetivo, es “luchar
contra las injusticias sociales, y apoyar todas las iniciativas que en tal
sentido se generen”, tal y como ellos mismos definen. Por ello, respecto al
financiamiento de sus actividades, comentan que “Hay un montón de gente que nos
aporta materiales, también contamos con muchos padres que nos ayudan a ´manguear´
algunas cosas. Este año, además, tuvimos dos festivales, que nos dejaron alguna
recaudación, aunque no es tanta como si lo organizáramos únicamente con fines
comerciales (en ellos también buscamos la unión barrial). Después, como todas
las organizaciones: un poco de nuestros bolsillos, un poco de nuestras familias
y también tenemos actividades como ventas de pollo o empanadas, pizzeadas… “
El origen de la agrupación puede
ubicarse en el conflicto suscitado el año pasado entre la Municipalidad de
Bahía Blanca y los cartoneros de la ciudad, por cuestiones relacionadas al
ejercicio de su medio de vida. En tal contexto, el grupo alzó su voz en defensa
de quienes juntan cartones para sobrevivir, por entender que “se trata de un
grupo relegado por los medios de comunicación, el poder político, etcétera. Después
nos fuimos dando cuenta que había muchas más necesidades. Seguimos acompañando
a los cartoneros, pero continuamos moviéndonos y acompañando distintos
sectores”, relatan Franco Cardone y Delfina Williams.
Ante la consulta de PeR acerca de
qué implicancia tiene su descripción como “movimiento desde abajo”, los
representantes de “El Grito” explicaron que “Tiene que ver con lo que hicimos
en un primer momento: alzar aún más la voz de un montón de sectores relegados, que por su cultura o su forma de
vida, los discriminan y los marginan. Nuestra idea como agrupación, es que
somos todos iguales: no importa cómo vivimos, no importa la cultura que
tenemos”.
Al tratarse de un movimiento
joven en lo que respecta a la vida institucional, sus integrantes reconocen que
se encuentran en una etapa de organización y estructuración, solidificando y consolidando
el grupo. También resaltan que la amistad entre los miembros, es un factor muy
positivo. Es, precisamente, la juventud de la organización lo que les permite
proyectar y planear a futuro. “Si seguimos creciendo en cantidad de miembros,
con nuestros principios y nuestra forma, hay un montón de cosas para hacer en
la ciudad, siempre con la idea de hacer, de ponerse las pilas, sin otra idea
que la de colaborar”, comentan.
Acompañamiento en barrios,
talleres, construcción de viviendas y clubes, alfabetización, temáticas de
género, apoyo escolar, meriendas, son palabras que que forman parte de la agenda cotidiana del
grupo. Sin dudas, la agrupación se encarga de levantar voces que no escuchamos
muy a menudo en nuestra sociedad, y de llevar a la acción su lucha. Se nota en
cada uno de sus integrantes, un espíritu de solidaridad y compañerismo que
merece ser destacado. Su Grito, tiene que escucharse muy fuerte.
“El Grito” se reúne todos los jueves
a las 22:00 horas, en Lamadrid 336. Las reuniones son abiertas para quienes deseen
colaborar con ellos. También están presentes en Facebook,
donde difunden sus actividades, y medio por el cual pueden comunicarse con el
grupo.
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