Por Claudia Gonzalo
La Historia del material lítico del Museo Histórico Regional Municipal “Gabriel Campomar Cervera”.
Gabriel en la cima del médano |
En las décadas de 1940 y 1950 cuando ya los campos se roturaban con cierta continuidad comenzaron a encontrarse los vestigios que el primer grupo de amigos, guiados por Gabriel Campomar Cervera hallaron, en aquellos médanos que imponían al paisaje de la llanura, cierta majestuosidad.
En nuestros pagos, el viento barría, llevaba y traía los testimonios de elementos que pertenecieron a los primitivos habitantes del lugar. Por la topografía en general en los médanos, en su centro existieron aguadas.
También allí se encontraron trozos de cerámicas. No fue posible hallar vasijas o cuencos. Muchos años después fruto de un trabajo de investigación, se elaboró una réplica semejante a los restos hallados. Fue una vasija mediana con incisiones no muy trabajadas, realizada con arcilla del lugar.
Así pues, se pudo contar rasgos de las actividades realizadas por los borogas que merodearon y tuvieron asentamientos en la zona. Esos médanos, holladas, cañadones y lagunas secas, fueron utilizados por los “Guen Mapu” (dueños de la tierra) y las pertenencias que dejaron sus antepasados fueron luego evidencias incuestionables de la presencia de estas agrupaciones tribales
En junio de 1966 se analizaron los hallazgos y el profesor Antonio E Austral ofrece un detallado informe. En él se deduce que el material lítico del nuevo y viejo mundo son piezas del paleolítico europeo y sus aspectos técnicos y topológicos son similares a los que se encontraron en nuestra extensa región. La conclusión se realiza en base a coincidencias con varios estudiosos del tema.
Todos los elementos encontrados fueron acumulados en la Imprenta Nueva Era (Alem 78) del líder del grupo, pero con el tiempo ese lugar se completó. Un buen día José Latasa viendo la situación y con una piedrita en la mano que traía de su chacra dijo: “si los demás tienen Museo, ¿por qué nosotros no?”
Allí prende la idea y manos a la obra, un 20 de julio de 1952 nace el Museo de Salliqueló en ese mismo lugar como entidad privada.
Continúan las gestiones y mantienen comunicación con otros museos, especialmente los de Bahía Blanca; intercambian acervo y optan por dirigirse a Monumentos y Sitios Históricos. Esta institución se acercó, inventarió el material hallado y valoró su aspecto testimonial. La legislatura propuso la construcción de un edificio que se concretó en la avenida 9 de julio 356. Allí se ubica el museo a partir del 7 de julio de 1967.
Campomar Cervera en la Imprenta |
Este logro es como su obra máxima en la comunidad. Siempre fue muy activo e interesado en las sentidas necesidades sociales, pero la tarea de recolección que hizo con sus amigos, con jóvenes que se unían motivados por la intriga, allegados y vecinos colaboradores fue excepcional. Pasados los años valoramos con verdadero afecto aquel gran esfuerzo, mantenido por una capacidad de entrega y de servicio notables.
Esta colección es un aporte al futuro. Estudiosos e investigadores tienen en ella un campo muy amplio. La diversidad, cantidad y calidad de las piezas halladas dan cuenta de su incuestionable valor legítimo.
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