Por Mónica Carmelino
La actividad se realiza en la sede de Cáritas. |
En la mañana del viernes 6 de septiembre estuvimos en la
sede de Cáritas en pleno corazón del Barrio Esperanza.
Allí nos encontramos, no solo con ese edificio magnífico que
respira la mano y la solidaridad de todo el barrio, sino también con los
pequeños que van a recibir apoyo escolar en forma gratuita y desde la
experiencia de dos maestras con gran práctica y que –aunque ya jubiladas- dejan
percibir en su tarea no solo el amor por la profesión que nunca se extingue,
sino también el cariño y compromiso con estos niños.
Una tarea que la Seño Elsa Dumrauf y la Seño Marcela Martínez
realizan en forma gratuita los días lunes, miércoles y viernes de 10 a 12
brindando apoyo escolar. Hoy están presentes 7 pequeños que concurren a
diferentes años de la Escuela Primaria N° 2 que pertenece a esta comunidad
educativa.
“Van rotando, no siempre son los mismos; pero si hay un
grupo permanente de chicos y notamos que les viene muy bien hacer la tarea acá”,
nos dice la seño Elsa. “Son actividades de apoyo, se les ayuda en todas las
tareas que traen desde la escuela y cuando no tienen se les generan acá
actividades como para que vayamos reforzando en el lugar que les está faltando
un poquito”, detalló la Seño Marcela.
El lugar está aún en construcción y se pueden apreciar
permanentes mejoras, como la colocación del piso con el último dinero
recaudado. Asimismo han comprado muchos libros y juegos didácticos, tres
máquinas de coser usadas y continúan desarrollando talleres y actividades con
los adultos. También compraron elementos
para la cocina porque los lunes aproximadamente 12 señoras vienen a este lugar
a aprender a fabricar pastas, por eso compraron una Pastalinda y cuentan con el
apoyo del Instructor de Formación Profesional Julio Coñoen que también
desempeña una tarea solidaria. Nos
cuentan también que los martes producen pan y los miércoles manualidades con
otra colaboradora la Sra. Marta Ullua.
Preguntamos si lo que se elabora se vende o es para consumo
propio “por ahora es para ellas porque están aprendiendo” nos relata Elsa,
“después ojalá se desprenda un microemprendimiento por parte de ellas”. También
nos cuenta que tienen el proyecto de vender las manualidades en la Fiesta de la
Primavera y que con ese fin compraron un gazebo “para que el trabajo que ellas
hacen les reditúe un dinero que les pueda ayudar”, nos dice Elsa con una mirada
positiva y emprendedora.
La charla se vio amenizada por los niños, que además de
mostrarnos las tareas hechas en esa mañana, nos invitaron a jugar al
“Preguntados”. Conversamos con Blas de 7 años, Iara de 6, y con los más
grandecitos Matías, Laureano, Ruth y
Abel.
Maravillosa tarea que hacen estos profesionales, que siempre
apuestan a dar un poco de lo que uno sabe para ayudar al vecino y acompañar a
los niños en su tránsito escolar. Una labor que solo se hace cuando hay amor.
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