Por Claudia Gonzalo
El viernes Santo, el Padre Marcelo Cervetti, las catequistas y los niños de catequesis junto con sus familiares, vivieron con el corazón, el camino de Jesús a la Cruz, en Salliqueló.
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| Via Crucis. Fuente: La Parroquia |
En horas de la tarde noche, ellos lograron transmitir el amor de Dios; fueron discípulos que, acompañados por el Padre Chelo, sus familias y catequistas, consiguieron lo que sentían: llegar a la comunidad con Jesús.
Durante el Viernes Santo tuvo lugar la Liturgia de la Pasión del Señor durante la tarde, momento en que se sitúa a la muerte de Jesús en la cruz. El Vía Crucis conmemora la tortura y la muerte que sufrió esa jornada.
Con motivo de lo ocurrido, los cristianos recuerdan las 14 etapas de la muerte, desde su condena hasta su entierro y, en cada una de ellas, se hace una oración. Este día tiene dos colores muy importantes: por un lado, el rojo, recuerda a la sangre derramada por Jesús; por otro, el morado, ya que se cubre con una tela de ese color las imágenes de Jesús con motivo de su ausencia. Además, se produce el ayuno de carne.
En esta santa noche, la Iglesia vigila, celebrando la resurrección de Cristo en los sacramentos y esperando su retorno en gloria. Es el punto culminante del Triduum, la Pascua de la nueva alianza, que marca el paso de Cristo de la muerte a la vida.
La noche Santa de vigilia, comienza, con la bendición del fuego, de las brasas se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo Resucitado.
Con luz presente renovamos las promesas bautismales.
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