jueves, 3 de octubre de 2013

RUBÉN MARIO LASDICA. ÍCONO DE LA CULTURA Y CREADOR DEL HIMNO A PUNTA ALTA

Por Fernando Ahumada
Punta Alta, sobre la calle Roca al 1300 reside el profesor de música Rubén Mario Lasdica. Su actual vivienda está ubicada en Barrio Norte de nuestra ciudad, en la cual el artista tiene su sala de música, adornada con iconografías de cada evento importante de su carrera. La mezcla de cuadros, fotos y recortes de diarios enmarcados que posee, muestra el bagaje de experiencias que lleva consigo.
Dueño de un estilo único y con sus 80 años, el profesor, es sin lugar a dudas un ícono de la cultura y de la música zonal. Es autor de obras destacadas, como “La epopeya de Malvinas” y “Gloriosa Fragata Libertad” entre otras, pero la más representativa y popular en nuestra zona es la música del Himno a Punta Alta.
Rubén, habita en esta ciudad desde su nacimiento y aunque la vida lo llevó por muchos caminos (para perfeccionarse en su arte, cumplir con numerosas invitaciones, giras por el sur y gran parte de la provincia de Buenos Aires), él se quedó en estos pagos, y todavía recuerda como si fuera ayer los momentos que marcaron un hito en su vida, la creación de la melodía del Himno a Punta Alta.
“…Recuerdo como si lo estuviera viviendo hoy. Hacer la música del Himno a Punta Alta me tomó por sorpresa…” declaró don Rubén sobre aquel momento.
En su relato de cómo había sucedido el momento en que le propusieron hacer la música para la letra del Himno, explicó que lo había tomado por sorpresa, ya que él era un niño de tan sólo once años y no se veía capacitado para tal compromiso.
Contó que fue alertado por un vecino de apellido Cartolano (cliente de “Casa Lasdica” negocio dedicado a la música, propiedad de sus padres), quien había escuchado que se estaba  recibiendo postulantes en el Concejo Deliberante para la creación de la música y la letra del canto representativo rosaleño.
Cartolano, sabía que el pequeño era amante de la música desde chico, entonces sin premeditaciones le dijo a Luis Lasdica, padre de Rubén, que le comentara esa noticia a su hijo y que se anime a escribir algo, por lo menos para intentar crear aquella música. El niño fue alentado por su padre y su cliente a emprender esta realidad como un desafío.
Desde siempre, él tuvo el apoyo de sus padres y familia. La cual estaba compuesta por Luis Lasdica, su padre; María Angélica Álvarez, su madre y sobrina del primer periodista bahiense, Lucas Abad y sus dos hermanos: Alberto y Oscar. Con un gran esfuerzo y sacrificio económico hecho por sus padres, Rubén pudo tener su primer piano de cola en 1945 con el que practicaba y estudiaba música.
Con dudas y nervios Rubencito hizo eco al pedido de su padre y su vecino, quienes lo animaron a realizar la melodía requerida. “No estaba realmente seguro, creía no poder lograrlo, por mi corta edad” dijo el maestro, pero ante la insistencia de su progenitor, Rubén se sentó en el banquito frente al piano, lápiz en mano y pentagrama limpio… y comenzó con la composición.
Entre notas musicales, cansancio y poca luz, el pequeño gran músico escribía con dedicación, sin darse cuenta de que lo que estaba haciendo era una obra que lo marcaría para siempre. Era la obra con la que todos los puntaltenses y provincianos, habitantes transitorios de esta ciudad, lo recordarían cada vez que se entonasen esas estrofas escritas por Montero y al son de su música. Era su obra la que se iba a escuchar en cada acto municipal, y con la que los rosaleños se iban a sentir identificados.
“Me senté ahí y empecé a divagar con el piano, siguiendo la métrica de la letra y probando distintas formas. Yo le decía a mi padre que lo iba a intentar, pero no estaba seguro de que eso que estaba haciendo iba a ser lo que pedían”. comentó Rubén.

Una vez terminada la música fue presentada al Concejo Deliberante, para competir con el resto de los postulantes.  Para el asombro de todos, nadie se había presentado, más que Rubén Mario Lasdica. Pese a que la letra estaba escrita desde 1948, hubo que esperar hasta 1952 para que el joven músico y compositor le pusiera música al Himno y lo hiciera cantable.
Fue así entonces que pasaron los años y bajo la Ordenanza n° 655 de la Municipal de Coronel Rosales, se oficializó el Himno a Punta Alta, el 4 de junio de 1965 con la firma del señor Santos Gómez, presidente del Concejo Deliberante y el señor Vázquez Guerrero, secretario.
El profesor recuerda emocionado ese momento. “Me invitaron a mí, pero yo no sabía nada” exclamó risueño. “Estaban todos reunidos y me dice: hemos decidido tomar la iniciativa de aprobar de forma unánime el Himno del profesor Rubén Lasdica que está aquí presente”      Al escuchar esas palabras Rubén se sintió feliz, orgulloso, lo invadió una satisfacción muy grande, confesó. “No sabía siquiera donde estaba parado”.
El 3 de julio de 1965, en el septuagésimo séptimo aniversario de la ciudad de Punta Alta, se realizó un acto en la escuela n°2, frente a la plaza central, donde el Himno fue cantado por Atilio Dapsich, recitado por Antonio Bermejo y ejecutado musicalmente por Rubén Mario Lasdica.
Emoción, orgullo y nervios, una mezcla de sentimientos inundó al profesor aquel día. Esa misma sensación le provoca hoy, cuando Rubén se sienta en el banquito frente a su piano que le regalaron sus padres hace 68 años, el piano que utiliza cada día  para ejecutar sus obras y las de otros autores de su predilección.
Hoy, Lasdica mira hacia atrás y puede ver el camino recorrido. Lleno de glorias personales, de experiencia, sabiduría musical y con un patrimonio cultural envidiable.
Rubén Mario Lasdica, no deja de ser tan sólo el profesor de música de miles de chicos que pasaron por las escuelas rosaleñas, sino también fue y es el músico clásico más importante de Coronel Rosales y de la zona, ya que sus obras fueron influyentes en muchas ciudades de la provincia de Buenos Aires y en ciudades de las provincias del sur.

La  vocación inagotable, que lo llevó siempre por el camino de la música y le dio todo lo que es hoy. Actualmente con sus 80 años, don Rubén  puede decir que sus deseos con la música están más que satisfechos. “Para mí, la música es todo”, concluyó.    

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