martes, 1 de diciembre de 2015

La cárcel es una experiencia de la que nunca se sale

Lautaro Peñaflor- Bahía Blanca
"Punta de Rieles se parece más a un barrio, que a
una penitenciaría tradicional" Foto Diario La Nación
La frase que titula esta nota pertenece a Jorge Luis Borges. Fue utilizada en alguna ocasión por Mario Juliano, abogado y juez del Tribunal Oral Criminal N°1 de la ciudad de Necochea, y miembro de la Asociación Pensamiento Penal. Mario Juliano estuvo en Bahía Blanca el martes 24, en el marco de una Cátedra Libre de Derecho de la Ejecución Penal que se desarrolla en el ámbito del Departamento de Derecho de la UNS. Allí, disertó acerca de la Crisis penitenciaria y de modelos alternativos a la prisión.
Acompañado por Fernado Ávila, auxiliar del Tribunal N°1 necochense y también integrante de Pensamiento Penal (quien estuvo a cargo de una introducción acerca de su postura contra la pena de prisión perpetua), el juez Juliano abordó la temática carcelaria desde una perspectiva propositiva: haciendo constante alusión a la cárcel de Punta de Rieles, ubicada en las afueras de la ciudad de Montevideo, en Uruguay.

¿Cuál es la particularidad de la misma? Sin duda, ofrece un panorama completamente distinto al que estamos acostumbrados en Argentina, ya que funciona en forma similar a un pueblo o a un barrio. “Cuando uno se aproxima, ve una cárcel: muros, cercos, garitas de seguridad, ingreso con scaners, controles de vehículos muy rigurosos. Pero al ingresar, te da una sensación muy impactante: es como ingresar a un pueblo, a un barrio. Un sitio con calles, con negocios, con gente deambulando, gente estudiando, familiares compartiendo momentos, un trato completamente horizontal”, explicó el Dr. Juliano.
Dicha cárcel funciona desde el año 2010, luego de que el Relator Oficial de la ONU para las personas privadas de la libertad realizara un informe lapidario acerca de la situación penitenciaria uruguaya. En ese momento, los tres principales partidos políticos de Uruguay realizaron un acuerdo interpartidario en materia de seguridad pública, dedicando un capítulo especial a la cuestión penitenciaria. Parte de ese trabajo, fue la adopción de este sistema poco convencional en la Cárcel de Punta de Rieles.
Luego de una audiencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que Juliano y su equipo fueron a denunciar la situación de las cárceles en la Provincia de Buenos Aires, pensaron que era más productivo cambiar el eje del discurso. Así pasaron de exponer las falencias, conocidas por todos, a buscar ejemplos que funcionaran bajo otros paradigmas. “No se trató de ir a Noruega, o Suecia, lugares con idiosincrasias, culturas o economías diferentes, sino a un país que- con mucho cariño decimos- es casi una provincia nuestra, con el que compartimos cultura, historia y demás”, desarrolló el Juez.
Punta de Rieles alberga entre 500 y 600 condenados, y funcionan en dicha cárcel cerca de 52 emprendimientos llevados adelante por los mismos presos. Así, uno puede encontrar en el establecimiento confiterías, peluquería, casa de tatuajes, rotisería, radio, fábricas de bloques para la construcción, biblioteca, cancha de fútbol, panadería y servicio de catering, entre otros.  En tal sentido, Juliano agregó “Se jactan en Punta de Rieles, de tener una tasa de desempleo menor que la propia República del Uruguay. Los propios privados de la libertad, convertidos en emprendedores, forjando su futuro. Todos trabajan bajo laudo, respetando la remuneración, la seguridad social, las obras sociales, y los aportes jubilatorios”. La estructura similar a un barrio, y los distintos comercios, pueden observarse en el video que se proyectó en la charla, y al que puede accederse en este link.
Las autoridades del Penal, deben rendir cuentas en forma anual. Transversalmente opuesto a nuestro sistema, en Punta de Rieles la rendición se realiza ante una asamblea conformada por los mismos internos. En la misma, se dialoga acerca de lo realizado, de lo que no se realizó y de los proyectos para el próximo año. “Bajo estos principios, queda materializado el principio vigente en su país, y en el nuestro también, de que al preso se le restringe solamente la libertad ambulatoria, no los demás derechos”, mencionó el Juez necochense.
Pero no es la única función de dicha Asamblea: también elige a cinco compañeros, privados de su libertad, que conformarán por un año el Consejo de Administración de un Banco que funciona allí. ¿El objetivo? Financiar futuros emprendimientos. Ante un proyecto presentado por internos, la institución decide prestar al solicitante una cifra de dinero, que debe ser devuelta en forma mensual, sin intereses. El capital del Banco, se conforma con un tributo mensual que debe aportar cada local comercial. El dinero obtenido, está destinado a ser reinvertido.
Además de los claros contrastes con nuestras cárceles, se debe mencionar que adentro del establecimiento no hay seguridad. La misma se encuentra afuera, e ingresa en caso de ser necesario. En tal sentido, Mario Juliano dijo: “Es como funciona en una Universidad, por ejemplo: la policía está afuera, e ingresa si hay algún problema grave que requiere su intervención. Adentro operan otras personas, con criterios e ideas completamente distintas, para que el eje del tratamiento no sea la seguridad, sino otras variantes”.
En el mismo sentido, cabe mencionar que el primer director de Punta de Rieles fue un Sociólogo (y no alguien proveniente del ámbito de la seguridad). El actual director, es un maestro de escuela. Esto implica un completo alejamiento de la lógica carcelaria. Asimismo, las cárceles en Uruguay se encuentran bajo la órbita del Ministerio de Salud Pública. Estas decisiones tienen gran valor desde el punto simbólico y también desde lo operativo.
Acerca de por qué considera que funciona un sistema con estas características, tan distinto al que estamos acostumbrados, el abogado dijo: “Los principales garantes de que esto funcione, son los mismos privados de la libertad. Ellos conocen la diferencia entre vivir en un lugar donde se respete su dignidad, y vivir en el infierno. Hay una alianza, en los hechos, entre este sistema transformador, y quienes tienen que cumplir una condena”.
Los resultados de esta valiosa experiencia, están a la vista: “El nivel de reincidencia de quienes pasan por Punta de Rieles es de un 2%. En Argentina, bien no se sabe, pero es superior al 50% según se calcula, confirmando la inutilidad de lo que estamos haciendo. En los años que lleva de funcionamiento, en esta cárcel hubo un solo caso de violencia grave”, mencionó.
La Asociación Pensamiento Penal trabaja para difundir este caso, y proponer trabajar desde esta perspectiva en Argentina, donde la crisis del sistema penitenciario está a la vista. Gran cantidad de personas con prisión preventiva (sin saber por qué delito están allí, y ni siquiera si son culpables), lógica policial extendida a ámbitos donde no es apropiada, encarcelamiento a personas marginales como forma de “control social”, hacinamiento, violencia entre internos y desde los mismos encargados de la seguridad, son aristas de este complejo problema.
Datos como la alta tasa de reincidencia y el mantenimiento de las cifras de delincuencia en Argentina, comprueban el fracaso de nuestras penitencierías y sus principios. “En las cárceles las personas pierden completamente la individualidad, pierden la posibilidad de manejar sus problemas, de hacerse cargo de ellos mismos. Hay que pedir permiso para todo, duermen cuando a alguien le parece que hay que dormir, comen cuando alguien dice que hay que comer. Esto durante muchísimos años, produce efectos profundamente desocializadores, explosivos”, tal y como mencionó Fernando Ávila.
Permanecer en un establecimiento carcelario es una vivencia que marca a cualquier persona por el resto de sus días, y generar un sistema carcelario que garantice un positivo reingreso a la sociedad extramuros, es provechoso para todos. La actuación del Dr. Juliano y su equipo, van por ese trabajoso camino, que merece destacarse, tomando como eje la valiosa experiencia de Punta de Rieles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario