Por amor al arte

Enrique y Macana, los trabajadores del arte.

Martín Juliá

Sábado de sol, mates y amigos son una combinación perfecta para dar bienvenida a un fin de semana largo. Mientras las horas pasan y el sol comienza a caer aparecen ellos, una pareja maquillada, con monociclo, con bolas de cristal y diferentes elementos que más tarde pasarían a ser parte de un show apto para chicos y grandes. Avanzan los minutos y los transeúntes comienzan a conglomerarse en las gradas que los mismos artistas colocaron para la comodidad de su público casual, es en ese momento que nuestros simpáticos personajes les darían la bienvenida, se trata de Enrique Peña y Macarena Macana, quienes entre búsquedas de caminos llegaron a integrar el “Cirqué de la Callé”.

Entre risas y vasos de chocolate caliente los artistas contaban que el escenario puesto en un espacio publico redobla la apuesta, no solo porque la gente se detiene a ver de que trata un show sino que también porque no existe ningún tipo de limitación.  Para Macarena y Enrique el mundo circense es una forma de romper con la restricción de edad, ellos sostienen que: “La sociedad debe sacarse ese pensamiento de que el circo es solo para los niños” y además invitan a la familia a compartir momentos de alegría, de shows didácticos y en permanente participación del público. Desde el “malabarista buen mozo” y “la asistente payasa” hasta el bailarín de salsa, desde el mono ciclista hasta el mago dominante de la técnica de la ilusión óptica son algunas de las formas que tienen nuestros entrevistados para expresar sus sensaciones, sin duda lo polifacético los caracterizó a lo largo de toda su performance. Además agregaron que no solo pasa por el show como tal sino que también ambos resaltaron “la comunicación humana es lo mas importante de un show, las personas vienen buscando esto y lo encuentran, por eso es que este movimiento cultural es tan atractivo para las personas”.

Con el aplauso como motor del alma y la gorra como sustento los artistas quedan y perduran a pesar de las diferentes inclemencias, el “Cirqué de la Callé” es un claro ejemplo de eso y en sus diferentes espectáculos dieron cátedra de ello.