Martín Juliá
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| Rodrigo Álvarez, el sentimiento puesto en las cuerdas. |
Noche cálida, pizza, cerveza artesanal y muchas caras
conocidas parecen un condimento perfecto para un espectáculo acústico. Pasadas
las 22 mientras muchas luces se atenuaban, la del escenario se encendía y
dejaba a la vista una guitarra y un pequeño amplificador, estaba todo listo
para que suba Rodrigo Álvarez.
Sin dejar pasar los agradecimientos a los allí presentes
comenzó a entonar la melodía de “Perdido” que fue la punta del iceberg para una
noche colmada de sentimientos, pero no solo habría temas de su nuevo disco solista
“Andando”, sino que también tocó temas de su banda Perro Indio que hicieron
estallar el reducto de Casanova y Mitre. La noche avanzaba y a su vez iba
llegando más gente y algunos espectadores ocasionales, que miraban el show
desde afuera, no podían evitar quedarse para ver qué era lo que allí sucedía y
cuando Rodrigo miraba hacia afuera los invitaba a pasar a tomar algo o
simplemente escuchar. Mientras sonaban los acordes de “el ladrido de tu voz”
los espectadores comenzaban a cantarla, mientras el músico proseguía el tema
con su guitarra no pasó mucho tiempo para que se le escapara una lágrima a él y
a todos los que sentían profundamente la perdida de una mascota. Luego de unos
minutos, mientras se secaba los ojos, agradecía nuevamente a los que se
acercaron y declaró: “Es muy lindo lo que pasa acá en Bahía, cuando voy a
Buenos Aires a mi casa y les cuento a los de allá no me creen lo que les cuento
y yo insistente les digo que se vengan para ver lo que se generó y también los
invito a ustedes a que vayan algún día para aquellos lados que los van a
recibir muy bien, les tienen un cariño inmenso créanme”. Luego de las declaraciones
se despidió y comenzó a tocar “El recuerdo” para sellar una velada única,
intima e interactiva.
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