jueves, 14 de mayo de 2020

La magia de la radio aún existe


Por Mónica Carmelino 
Fiorella Farías

Fiorella Farias (@fiorejackson) nos recibe en la calidez de su hogar en este día sumamente frío y lluvioso. Mientras se pinta las uñas con la naturalidad propia de una adolescente, atravesamos por sus cortos 22 años en un relato que nos cuenta cuáles son sus pasiones. 

Nacida en el ámbito de la radio, ya que sus padres tenían una radio en su casa cuando ella nació; sintió que un micrófono la llamaba desde pequeña. En sus cortos años de secundario comenzó haciendo radio con colegas que le brindaron un pedacito de espacio para aportar sus conocimientos de música, luego hizo con sus amigos programa dentro del proyecto de radio escolar de la E.S. 1 a la que concurría; para darse cuenta definitivamente que quería ser locutora. Una vez finalizada esta etapa, se fue a la ciudad de La Plata a estudiar en el ISER, convirtiéndose luego de 3 años en Locutora Integral de Radio y Televisión. 

Aún dentro de su reciente formación y de sus pocos años, ya tiene una idea cabal sobre qué significa la radio para ella. Y se define con firmeza y convicción como una apasionada escucha de radio y con un gran deseo de ser parte de ella siempre. 

- ¿Por qué pensaste en estudiar locución y no periodismo? 

- Lo pensé. Lo pensé en su momento. Pero periodismo es una carrera muy larga que es universitaria y demanda mucho tiempo y yo realmente no estaba muy segura de qué era lo que quería hacer. Lo asocié a la tv (en mis apenas 17 años) los locutores estaban en la radio y los periodistas en la tele. Para mí era así. Lo que me gustaba era la radio. También me parecía que el campo más lindo para explorar era la radio en tanto trama sonora, explorar lo mucho que tenemos para decir, cómo lo decimos y cómo le llega al otro, cómo se siente acompañado con solo escuchar una radio. Y muchos dicen que la radio quedó atrás pero yo opino que no. La magia de la radio sigue siendo maravillosa, que ondas radiomagnéticas viajen a través del éter es fantástico. A nosotros nos llama el wi fi o el bluetooth y la radio hace eso desde 1920. Es el medio más económico de producir y de consumir y también me parece que es el más equitativo. Todo el mundo tiene una radio en la casa, todo el mundo puede acceder a la radio y no va a depender casi nunca de tu nivel económico para poder entender radio y poder disfrutar de un buen programa. A mí lo que más me gustaba era la radio y sigue siendo así. Esa magia de la que se habla desde hace 100 años y que yo creo que sigue existiendo. 

- ¿Cambió tu manera de ver cómo hacer radio a partir de que te fuiste a vivir a una ciudad? 

- Si. Es absolutamente distinto. Nada que ver lo que uno escucha en su pueblo a lo que se hace y escucha en una gran ciudad. Por eso la radio tiene ese encanto: que es única y particular en cada punto del mundo en que se escuche. Eso genera un sinfín de posibilidades donde encontramos distintos géneros, muchos formatos, muchas diferentes maneras de contar las cosas, de involucrar al oyente. Hay infinitas maneras de hacer radio. Por eso creo firmemente que al ser el medio más viejo le ha permitido perdurar porque permanentemente se sigue reinventando, sigue agregando cosas, sigue modernizándose. La radio de la ciudad es dinámica, rápida, con mucho contenido y casi no te deja tiempo para pensar nada. En cambio la radio de pueblo es más tranquila, relajada, más personal, donde todos nos conocemos con todos y somos parte –quizás desde ese humilde lugar- de cada emisión. Son distintas. 

- En estos tiempos la tecnología ha abierto otras puertas 

- ¡La tecnología ha facilitado tantas cosas! Antes la única posibilidad que tenías de escuchar era una radio AM por ejemplo de nivel nacional. Era impensada otra opción. Hoy simplemente con un click a través de internet podés escuchar cualquier radio del mundo. Uno como oyente lo puede hacer y además los contratos para retransmitir son muy sencillos. Esa ventaja es maravillosa y de eso hablo cuando digo que la radio se reinventa constantemente. Hay nuevos formatos permanentemente. Es inagotable las posibilidades de hacer cosas nuevas y creativas. En lo intelectual se mantiene en muy buen estado la radio. 

- Acerca de los estereotipos que escuchamos en la radio. ¿Han cambiado o se mantienen? 

- Ese es un debate eterno. Cada día que pasa debemos estar actualizados, capacitados, conocer y meternos en los medios. Esa es la única manera de poder cambiar esas cosas en los medios de comunicación y saberlos interpretar. Refiriéndonos también a las noticias falsas, la gente tiene que poder darse cuenta de eso y también con la televisión que únicamente se mide por el rating, provocando el sensacionalismo y el amarillismo para retener la audiencia y tu trabajo. En la radio no pasa eso. Volviendo sobre los estereotipos, son cuestiones sobre las que hay que conversar, porque en definitiva quién cree que el otro se ríe de esos estereotipos, es porque él también lo hace. La realidad indica que hay gente que hoy se ríe de las orientaciones sexuales y gente que hace humor acerca de estereotipar a los gays o a las personas homosexuales. Esto significa que esa gente, que hace este tipo de humor ¡cree que ser gay es gracioso! Por eso creo que hay que detenerse a reconstruirse acerca de estos temas, no es gracioso ser gay… no sé por qué se pretende hacer reír a partir de un aspecto de la realidad que nos atraviesa constantemente. Me parece tan antiguo reírse de los defectos del otro, hay mil maneras más inteligentes de hacer humor. Ya basta de reinos del gordo porque no es gracioso, no es chistoso y no debería ser foco de burla. Hay que escribir humor inteligente y no agresivo sobre todo. Esto pasa cuando repasamos los programas de tv de la mañana o de la tarde y encontrás un ambiente que te cuida tan poco. Pero en la radio no pasa tanto esto. Tenés humoristas contratados que escribían humor de calidad por eso es que no quiero que la tele se pase a la radio a hacer ese tipo de cosas. Esto sucede porque una cosa trae de la mano a la otra, el rating mantiene a la televisión, la televisión mantiene los valores de la sociedad. Eso es lo que se transmite. Por eso es que a mí no me gusta tanto la televisión y ese es el motivo por el que yo le escapo bastante porque este tipo de cuestiones no me gusta para nada. Por eso siento que en la radio no importa si sos flaco, si sos gordo, si sos feo, si sos lindo… lo que se escucha es tu voz y lo que decís es lo que importa no cómo te ves. Eso me parece muchísimo más valioso. 

Igual hay que mencionar que hay programas en la televisión que van más allá de cuán corta te ponés la pollera. Pero esos son los valores que hoy la televisión está transmitiendo a la sociedad. Pero creo que si vamos cambiando de a poquito, parchando algunas cosas y dándonos cuenta, si vamos deconstruyéndonos y reconstruyéndonos, para dejar de consumir y absorber eso sin ser capaces de darnos cuenta si está bien o si está mal. Todo pasa por el cuestionamiento, hacernos preguntas como ¿está tan bueno esto que estoy consumiendo? ¿está tan bueno lo que se está transmitiendo? ¿están tan buenos los valores que esto me está dejando? Y esto después se refleja en la forma en que nos tratamos entre nosotros. Los profesionales de los medios no somos un espectador más, no somos un oyente más. Escuchamos, vemos e interpretamos de otra manera que Doña Rosa (un oyente promedio). Es parte de nuestro trabajo también, repensarse, deconstruirse y adaptarse a lo nuevo quien lo logre es quién va a poder triunfar en los medios y permanecer. 

- Existen unos conceptos que van un poco de la mano en lo que tiene que ver con la radio y que son el sustento económico, la pauta publicitaria oficial, la libertad de expresión y la “censura permitida” por decirlo de algún modo. ¿Qué opinión tenés? 

- Por ley el Estado debe brindarle un apoyo económico a todas las radios que cumplan con ley; es decir que estén registradas, que tengan los equipos homologados, que den empleo en blanco, una pauta publicitaria. Pero también sabemos que hay plata que llega a los medios aparte, o por otra vía que esa. Por algo se dice que los medios de comunicación son el cuarto poder, porque son los que defienden, los que acusan, los que muestran, los que visibilizan, los que siguen algunos casos mejor de lo que hace el poder judicial. La gente entiende lo poderoso de los medios y lo importante de esta tarea. Muchísimas veces los medios reciben dinero por debajo de la mesa que inclina su percepción de la realidad y su mirada política. 

- ¿Cuál es tu ideal de radio? 

- Me gusta escuchar la radio, me gusta escuchar todas pero tengo preferencia por Vorterix, por La 100 porque siento que tienen demasiadas cosas que están bien hechas. Cosas que hay que imitar y que nos tienen que inspirar. Haría una mezcla de las dos. Eso sí, apuntaría a un público joven, tal vez porque es el momento de la vida en el que me encuentro y quiero que los jóvenes sigan escuchando radio. No solamente que la escuchen, sino también que se metan en ella y que la hagan. 

La tarde ya se hizo noche y entre mates y reflexiones redondeamos esta entrevista. 

Fiorella Farias hoy emprendió nuevamente el camino del estudio y está cursando vía Zoom por las circunstancias de salud que estamos atravesando, la carrera de “Producción y Dirección de radio y televisión” en el ISER de Capital Federal. 

Apasionada de su profesión de cabecera, la locución; no deja de andar caminos que la lleven no solo a construirse en el mundo de la comunicación; sino a formarse para lograr lo que le brinda la satisfacción de la labor cumplida: hacer que las cosas pasen.

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