lunes, 1 de septiembre de 2014

“Bahía Insalubre”


Por Melisa Ruppel
Charla sobre el medio ambiente en el Salón de Actos de la UNS

Aquel domingo 20 de Agosto del 2000, el día amaneció con viento hacia el mar. Ésta condición climática salvaría luego la vida de whitenses y bahienses.
A 14 años del escape de cloro suscitado en la empresa Solvay Indupa en Ingeniero White, se recuerda uno de los hechos más importantes de la historia de Bahía Blanca relacionados con la seguridad industrial y el ambiente.
A raíz de este hecho que dejó asma en los niños, ojos llorosos y la precarización laboral del sector que se cobró la salud de los trabajadores, se toma conciencia del peligro, el impacto ambiental y los riesgos asociados a la actividad química y petroquímica.
 
Escape de cloro en el 2000. Foto: informateaca.com
Como cada año, el miércoles se realizó en el salón de actos de la Universidad Nacional del Sur -Avenida Alem 1253- la charla denominada “Bahía Insalubre” con la organización de Aukan, Asamblea Ambiental Buenos Aires Sur, Ambiente de Participación, Estudiantes de Medio Ambiente de la UNS y el Colectivo El Aguijón. Los disertantes fueron Horacio Romano (médico clínico), Selva Lamtzev (médica generalista) y Pablo Becher (Lic. en Historia), miembros de la Comisión de Investigación del Censo de Salud de Ingeniero White, Mariela Dobal (Periodista), Claudia Schlaps de Tumini (docente jubilada de la escuela Nº58, Ing. White), buscando el progreso de la sociedad hacia un estado mejor, más avanzado y más desarrollado y que llevó a reflexionar sobre dicha problemática, con datos precisos como censos de salud que se realizaron en Ingeniero White, a los asistentes, entre ellos vecinos, Organizaciones No Gubernamentales y empleados de distintas áreas.
 
PeR dialogó con el Doctor Horacio Romano , disertante de la charla.
-¿Qué piensa sobre la plataforma presentada la semana pasada por la Agencia Ambiental para informar a la población sobre eventos industriales mediante mensajes masivos de texto?.
H.R.: - Me parece que intenta ser una manera de comunicación con la gente pero en realidad no hay una comunicación posible porque hay un descreimiento general acerca de lo que está pasando. Me parece que eso es política de buena vecindad y no actos concretos para mejorar la calidad de vida de la gente, porque esta cultura de riesgo, este temor permanente, este sufrimiento ambiental no se mitiga poniendo un mensajito de alerta. En realidad, lo que se debería exigir es que se hagan las modificaciones que se tienen que hacer sobre todo en plantas, porque en realidad hoy no se da, pero las graneras tienen tanta importancia como las petroquímicas o más todavía por lo que manejan, por el grado de polvillo que hay y por el grado de contaminación que tienen. Los problemas están bien diagnosticados, hay que solucionarlos y la solución pasa por ellos.

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