lunes, 8 de septiembre de 2014

"Mimorías", cuando las palabras sobran

Por María Cristina Gallo
Sebastián Saez maquillándose para actuar
En “Espacio por el Arte”, este sábado, se presentó el espectáculo “Mimorias”, con dirección y actuación de Sebastián Saez, asistencia de dirección de Rocío Seltenraij, quien también comparte la asistencia técnica con May Winschu.
La obra cuenta cuando Pippo, el Mimo, comienza su día y decide hacer limpieza en su hogar. En medio de esta tarea aparecen objetos que lo llevan a recordar antiguas situaciones vividas. Cada historia tiene una carga emotiva diferente que, durante la función, hace pasear al espectador por distintas estados.
El Mimo es un arte genuinamente teatral, basado en el valor y la fuerza del silencio y que expresa ideas de manera intuitiva y visual, en un lenguaje que es universal. Podríamos decir que es el arte del gesto, donde se sustituye el lenguaje oral  a través del  corporal.
Muy lejos de la creencia de algunos, que piensan que el Mimo es sólo para  niños, Sebatián Saez, con sólo cuatro elementos, un banquito, un aro, un pequeño cofre y un vestido, logra que su público vivencie profundamente diversas situaciones.
El personaje interpretado por este actor, trabaja con personas y objetos imaginarios; creando su presencia mediante movimientos musculares y dando la idea que existen en realidad. En la más completa soledad del escenario, en un juego silencioso, gesticulando, arrastrando los pies, moviendo sus brazos, este Mimo crea la presencia de un león, de peces, de una molesta mosca y de varias personas que interactúan con él.  Pero no sólo con un simple cambio de gorra consigue la presencia de personas en escena y sin ningún elemento también lo logra.
El lenguaje corporal que manifiesta, abarca todos los movimientos y actitudes,  besar, estrechar la mano, barrer, nadar, abrir los ojos o la boca para expresar sorpresa, miedo o enojo o levantar los hombros en señal de ignorancia. Este actor expresa corporalmente los diversos estados de ánimo, como tristeza, alegría, ternura, miedo, representando lo invisible: emociones, tendencias, dudas, pensamientos, inseguridad; también la ausencia y los olores. Utiliza a menudo la improvisación, la imitación;  trabajando con la cuarta pared.
ebastián Saez, quien además de actor es periodista, explica que se llega a conseguir esta capacidad mediante una completa ejercitación, especialmente estudiando los problemas del contrapeso y formándose en diversos talleres y seminarios de expresión corporal y teatro.

En este espectáculo se destaca la perfecta coordinación entre la música  y los movimientos del Mimo, así por ejemplo, cuando expresa un recuerdo o está en la playa o se enfrenta a un animal.  El público, en diversos momentos de la obra, acompaña rompiendo  en espontáneos aplausos.
Cabe resaltar que  un extracto de esta obra "Mimorias" fue premiado en el 2013 en el “Primer Festival Internacional de Teatro de República Srpska” (una de las dos entidades políticas que forman Bosnia y Herzegovina); ganando el premio “Golden Linx” (Primer Puesto) en el rubro Mimo, por decisión tanto del jurado como del público.
En un juego silencioso, los gestos de Pippo, el Mimo, expresaron  pausas, vacilaciones, peso, resistencia y sorpresa y acabaron siendo poesía llegando a la tensión emotiva del público.

Como muy acertadamente afirma Jean-Louis Barrault, el célebre actor, mimo y director francés, “se nos educa de una manera muy incompleta. Se nos enseña a escribir, aunque mucho menos, a hablar, pero no se nos enseña a movemos y a utilizar la complejidad expresiva de nuestro cuerpo”. En este espectáculo se lo logra.

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