jueves, 1 de noviembre de 2012

Nuestro espacio, un sueño por cumplir

Por Viviana Montenegro


El lugar donde se guarda la ropa

Las abuelas en el salón de costura
Diariamente, 22 abuelas pertenecientes al voluntariado Santa María Goretti trabajan desde hace 50 años, en colaboración con el Hospital Municipal.
Las mujeres, de entre 48 y 86 años, trabajan lunes, martes, jueves y viernes, de 8:30 a 10:30 y miércoles de 14 a 17:30, en el saloncito de la ex capilla del nosocomio, ubicado en Mitre 1026.
Entre las actividades que realizan, cosen toda la ropa, desde sábanas, cortinas, ropa de enfermeros, botas de parto, de cirugía, cubre colchones, toallas y todo lo necesario para cubrir las carencias del hospital.
Otra de sus labores es acompañar al enfermoasistirlo y si es necesario asearlos y darlesde comer. También cuentan con la colaboración de las escuelas y de algunas instituciones de la ciudad.
Las asistentes sociales, cuando consideran necesario, envían a las familias con una nota, para que se les entregue lo necesario para ayudarlos al lugar que residen en ese momento.
Con las donaciones que reciben de la comunidad, juntan ropa, calzados, pañales de adultos, ropa de bebé, que luego reparten entre los pacientes que más necesitan. Además, las botellas plásticas, cartones y papeles de diarios, son separados y seleccionados para vender. De ésta manera juntan el dinero para comprar sillas de ruedas y muletas, entre otros elementos. El sillón de parto y el odontológico lo donaron y recibieron 5000 pesos para comprar el mamógrafo.
Aquellas personas que quieren participar y ser voluntarias deben cumplir un año de prueba, luego se las consagra en una misa y se les entrega el distintivo correspondiente. De esa manera, se compromete a seguir ayudando en todo lo necesario y cumpliendo con los objetivos.
Doly, vicepresidenta del voluntariado, manifestó “el voluntariado pertenece a la iglesia Católica, pero las abuelas que lo integramos somos de distintas religiones” y añadió “trabajamos junto a las autoridades del sanatorio y de esa manera logramos tener un lugar digno para Punta Alta. Sólo nos faltaría para cumplir nuestro sueño, que se termine el local que se estaba haciendo, pero el intendente nos dijo, que por los problemas económicos que ésta atravesando la provincia, no hay fondos para terminarlo”, finalizó.
Se agradece la gran disponibilidad y la amabilidad de las integrantes del voluntariado. Lamentamos la poca colaboración y mala predisposición del director del nosocomio para atendernos.

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