Florencia Saintout, Decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, cerró las jornadas organizadas por la UNS con una disertación cargada de conceptos teóricos y con una abierta y manifiesta militancia.
Por Rosario Torres Carbonell
El pasado viernes, en el salón de actos de la sede de Alem 1253 de la UNS, la laureada disertante fue recibida con entusiasmo por un auditorio ávido de escuchar su disertación, que se anunciaba con el título “Gobiernos Populares y Medios de Comunicación”. Desenvuelta y muy carismática, planteó desde el inicio del encuentro su adhesión al modelo político imperante en Argentina, y también lo que justificó con ejemplos a lo largo de la disertación, su adhesión al proyecto latinoamericano de Patria Grande.
Adoptando el concepto acuñado por Ernesto Laclau de popular, y desestimando su contracara: la noción de populismo, se refirió a los procesos surgidos en los últimos años a lo largo y ancho de Latinoamérica como procesos de refundación del Estado Nacional. Así como Laclau, se refirió al populismo (termino que prefiere reemplazar por popular) no como lo malo, sino como una seña de la operación política por excelencia: la construcción imaginaria de un nosotros. Los gobiernos populares instaurados en Latinoamérica como una consecuencia lógica de las luchas populares contra lo establecido por el neoliberalismo.
En referencia a estos gobiernos, destacó las características fundamentales y sobresalientes que los distinguen: la concepción de lo neoliberal como un horizonte negativo; el combate a la pobreza; la reconfiguración de la universalidad; las políticas de reconocimiento del otro y de lo plural, de la mano de políticas de igualdad; la reafirmación de políticas de memoria, verdad y justicia y la perspectiva de una unión latinoamericana como una unión geopolítica, cultural y económica.
Aludiendo a la disputa por quién gobierna, la política o los mercados, adujo que los medios de comunicación de masas fueron quienes ocuparon los espacios vacíos y que a través de esos espacios definieron qué era o no política, tomando el lugar de agentes políticos. Hoy en día, festejó la toma de conciencia gradual pero segura de que “la información no puede reducirse a un bien que se compra y vende en el mercado: la información es un bien público” y que “la libertad de prensa sin control se convierte en libre empresa”, por ello afirmó, que “la información es función del Estado con legitimidad y controles democráticos”. Sentenciando que la comunicación como un derecho inalienable del hombre es mayor que la libertad de expresión.
Acerca del conflicto, se preguntó acerca de la posibilidad de transformación sobre sus bases, y se declaró a favor del conflicto (epistemológico), en la batalla por la construcción de sentido. Citando a Bourdieu, destacó “el poder de hacer realidades con las palabras”. En ese sentido remarcó el papel de presidentes latinoamericanos como Chávez, Correa y Fernández de Kirchner como aquellos que “recuperaron la palabra argumental de la política”.
Finalizó su disertación, aduciendo que “no hay política sin capacidad de intervención”.
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