Silvio Dilje a bordo de Nicole |
Por Sebastián Ahumada
Aunque ya se fueron los trenes y “zorritas”
del paisaje en las vías de Coronel Rosales, aún queda ese anhelo de seguir
usando aquellas viejas trochas. Y es así, que en la antigua Estación Solier, de
Punta Alta, los fines de semana está ella: “NICOLE”. Una “zorrita” hecha
artesanalmente por su propio conductor, Silvio Dilje, el caballero del riel.
NICOLE, es una zorrita hecha de madera y
metal. Cuenta con una silla para el conductor y espacio suficiente para llevar a
más de 4 pasajeros. Es totalmente creada a pulmón. El asiento, las ruedas y el tifón
son partes que se compraron por separado, fueron traídos especialmente de
talleres ferroviarios y es propulsada por un motor de 49 centímetros cúbicos.
Silvio, revive cada fin de semana ese
sentimiento latente de los ferroviarios, que por muchos años del siglo pasado vieron,
trabajaron y viajaron en tren por esas vías, hacia Bahía Blanca y la provincia
de Buenos Aires. Hoy en las vías puntaltenses sólo hay tierra, gramillas y
malezas.
Este personaje puntaltense se levanta los
fines de semana por las mañanas muy temprano, y junto a un amigo, después de
unos mates, van a la estación y limpian las vías para poner a rodar a “NICOLE” sin
problemas y de manera segura. Es un trabajo duro y costoso, ya que en varios
sectores la tierra está muy compactada y eso retrasa la limpieza. Otro factor
que impide a veces el accionar de Silvio es el frio, las mañanas heladas le
quitan tiempo de trabajo, pero sin lamentarse por esos factores, a pico y pala
saca todo el exceso de tierra y gramillas.
De familia ferroviaria, asegura, que para
él es un “hobbie”. “Venir a las vías y andar en la zorrita, es mi pasatiempo”
afirma. “¿Los viajes?, los viajes son gratis” dice Silvio. “La alegría en los
rostros de esos nenes, es mi paga”, así contesta él, cuando se pregunta por el
costo de los viajes en “NICOLE”.
Si bien, hace más de 100 años que arribó el primer
convoy férreo a la Estación Solier, procedente de Estación Rosario, Silvio y “NICOLE”
le dan esa esperanza del retorno del tren a Punta Alta, y con cada recorrido,
no solo mantienen vivo ese deseo, sino que también transmiten alegría a niños y
grandes que la ven pasar y se animan a un viajecito.
Sin dudas, “NICOLE” y Silvio con sus
paseos, ya forman parte de los programas familiares de fin de semana y se
convirtieron en una parte del patrimonio cultural rosaleño.
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