domingo, 26 de octubre de 2014

Con el permiso de ustedes…Voy a “Tomar la palabra…”

Por Susana Rubio
El libro de Mónica Oliver

La confitería de la Estación Sud tiene el misterio maravilloso de los baúles antiguos...
Allí, por obra y gracia de historias hilvanadas como perlas de un collar, podemos encontrar danzas, pinturas, canciones, y hasta alguien, como Mónica Oliver, “Tomar la palabra”, para compartir sus Poemas de Sal.
La presentación de su primogénito, el libro que lleva ese nombre, fue esbozada en un preludio de canciones, frases, y danzas, que compartían trocitos de su contenido, en un escenario oscilante de luces y sombras.

Cuatro mujeres de negro, entre las que se hallaba Mónica, contaban danzando la extraordinaria cotidianeidad de la mujer, los lugares comunes que resurgen en los poemas nacidos en el alma, en la ropa tendida iluminada por momentos, que se resistía a morir de realidad…
Una vez terminada esa magia, Tato Corte, su esposo, y otros escritores amigos, Osvaldo, Daniel, Helen, la acariciaron con palabras emocionadas, dedicadas a ella y a su obra.
Besos, abrazos, ojos humedecidamente emocionados, libros autografiados, y un instante, con el telón de algarabía general, en que nos encontramos así:
Oliver "Esta soy yo, ésta es mi esencia"

PeR: ¿Por qué este libro y ahora?
Mónica Oliver: ¿Por qué escribí este libro?

PeR: Sí, y justo ahora, porque desde siempre, vos escribiste con tu corazón.
Mónica Oliver: Siempre escribí con el corazón, pero bueno, por distintas situaciones de la vida, muy diversas, primero, porque durante nuestra juventud, nosotros no teníamos proyectos individuales, sino más vale colectivos, recién piensa uno ahora, podría yo…

PeR: Te bajaste del colectivo…
Mónica Oliver: (se ríe) Me bajé del colectivo, porque ya veo que el mundo va para otro lado, y me parecía que era importante tomar la palabra. Por eso el nombre del libro. Pararme y decir lo mío: Bueno, aquí estoy yo. Esto es lo mío, sea grande, sea pequeño, es lo que yo soy…

PeR: Sos vos plenamente
Mónica Oliver: Soy yo, es mi esencia.

PeR: ¿Es tu primer hijo así…, tan bien vestido?
Mónica Oliver: Es mi primer hijo así vestido, y espero que no sea el último.

PeR: Tenés mucho más para “Tomar la palabra”.
Mónica Oliver: Tengo ganas de escribir un libro sobre educación justamente. No sé si haría otra cosa, pero me gustaría mucho. Ese sería mi próximo objetivo.

PeR: Apuntado a la soledad de la muchachada que siempre te preocupó. (Mónica es docente retirada)
Mónica Oliver: Sí, es demasiada. Es tremendo. Creo que se necesita urgentemente una postura, un amor, un amor para dar, y que no estén tan solos.

PeR: ¿Y tú programa de radio? ¿Cómo andamos?
Mónica Oliver: ¡Bien! El programa anda bárbaro, todo bien.

La fama la reclama…Feliz, se desliza entre su gente… ¿o debo decir ahora, su público?, abrazando a unos y a otros…
Y el libro queda allí, gozando de la tranquilidad que le ofrece la pequeña mesa en la que quedó apoyado…La máquina de escribir de su rostro, ya no describe en las hojas vivas, los recuerdos que fijó en su interior…Está silenciosa, como el corazón de Mónica, hasta que se vuelva a encontrar con un tibio y blanco papel…

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