domingo, 26 de octubre de 2014

La Bahía...Los recuerdos del ayer....

Entrevista a Juan Carlos Cabirón

Por Susana Rubio

El cielo gris de la Bahía, preludia tímidas gotas en el atardecer primaveral.
Una AM-PM, un café, y los grandes ventanales que enmarcan la estación de ferrocarril, como si supieran que sería uno de los temas abordados…
En ella, un puntual ex intendente de la ciudad, por dos veces consecutivas (1983/87-1987/91), Dr. Juan Carlos Cabirón, observa distraídamente el movimiento de la calle, dispuesto a compartir sus experiencias con Periodismo en Redacción…
Los saludos de rigor y empezamos…
Cabirón denuncia los ilícitos.Fuente: LNP 1988

PeR: Sos abogado, ¿por qué te inclinaste hacia la política?
Dr. Cabirón: En realidad, nací dentro de la política. Era muy chico y acompañaba a mi padre, y ahí me prendí. Siempre tuve inclinación por lo social, estudié derecho en La Plata, y el secundario en la Escuela de Agricultura y Ganadería.

PeR: Fuiste Intendente dos veces. ¿Cómo era la sociedad de esos años? ¿Muy distinta a la de hoy?
Dr. Cabirón: Sí, era muy distinta. Veníamos de un período muy feo. Digamos que con la gente, cuando yo entro como intendente, teníamos un crédito a favor, te acompañaba. Se podían hacer cosas, porque tuve mucha participación de la gente en toda la gestión. Una de las primeras cosas fue que celebramos los 100 años de la llegada del ferrocarril a Bahía. Eso te daba movimiento. Y después, trabajábamos en todos lados y muy fuerte en Ingeniero White. Empezamos con un programa para recuperar las viejas casas de chapa y madera. Conseguimos, a través de una donación, la pintura, y se “embalaron” todos. Competían a ver quién de ellos arreglaba mejor la casa. Fue un buen programa. 
Y después venía el centenario de White. ¿Qué hacíamos? Decidimos trabajar con el asfalto. Y más importante que el asfalto que hicimos, fue el método que empleamos: los consorcios. Los vecinos se unían, juntaban la plata, pero no la tocaban. En el tema de la plata, disponía la Municipalidad, pero con acuerdo de los vecinos. Ellos decían,” queremos tal cosa” y nosotros la hacíamos. Porque había habido situaciones en las que, por ahí, juntaban la plata y desaparecía el vecino. Podíamos decir que era como un ahorro previo, y asfaltábamos la cuadra que estaba más adelantada en el pago. Cada inauguración de una calle asfaltada era una fiesta barrial. Luego armamos una cooperativa. Teníamos el aporte del Gobernador, que era Alejandro Armendáriz, y funcionó durante bastante tiempo.
Juan Pablo II. Cristo del Camino Bahía Blanca. Fuente. LNP 1987

PeR: O sea, la gente se comprometía. 
Dr. Cabirón: Sí. Nos creían y les creíamos. Te digo que el crédito ése que teníamos en cuanto al ánimo de la gente, ahora es como que se fue gastando, no tenés nada.

PeR: Durante tu gestión también trabajaste con lo de la luz naranja, ¿no?
Dr. Cabirón: Sí, también. Eso era más fácil, porque había que juntar menos plata , y con el mismo sistema lo encaramos. Lo hicimos en Villa Rosas, y en otros barrios.

PeR: También tuviste visitas importantes como Milstein.
Dr. Cabirón: Sí. Ahora, con el paso de los años, se demuestra la importancia que tuvo el nombre de Milstein. Nosotros en el primer momento lo veíamos con naturalidad…
Me acuerdo que cuando vino, ya premio Nobel, pasábamos por la plaza Rivadavia y, -“Espere”, dice. Y encaró para donde estaba una canilla, tomando agua.
-“¿Sabe qué? Yo cuando pasaba por acá siempre tomaba agua”- 
Cuando lo eligen decíamos,” debe ser importante”, pero no sabíamos mucho de él. Pero realmente fue un tipo extraordinario. Andaba por la ciudad en bicicleta con la señora.
Milstein en la ciudad. Fuente: LNP. 1984

PeR: Y te tocó otra visita también.
Dr. Cabirón: Sí, el Papa Juan Pablo II.

PeR: ¿Alcanzaste a estar un ratito con él, en lo poco que duró la visita?
Dr. Cabirón: Lo saludé, pero en realidad, no. Vinieron todos: el Gobernador, la Vice-gobernadora, los Ministros… Era muchísima gente. Lo saludé, estuve con él, le hicimos un regalo, una llave de la ciudad hecha por un orfebre. Recuerdo que había también un encuentro de teatro Antropológico, y la gente de la Curia me preguntaba:
-“¿Y usted cómo me garantiza que alguno de los que está ahí no sea terrorista?”- porque ya habían atentado contra Juan Pablo II.
- “No, yo les digo que eso no lo puedo asegurar. Esto ya está programado desde hace, no sé…, mucho tiempo antes de que dijeran que venía el Papa. Yo no les puedo asegurar.”- les respondí sinceramente.

PeR: Circulaban los rumores de que acá iban a atentar contra el Papa.
Dr. Cabirón: Por eso, te digo, yo recuerdo, mi mamá era muy católica y no la traje. Incluso, había gente que preparaba comida, para traer, en los kioscos, y no se vendió. Sí, se creó una psicosis terrible

PeR: Y como Intendente, ¿te rodeaste de buena gente? ¿Tuviste problemas?
Dr. Cabirón: Y me dije: “¿ahora qué?”. Porque no es fácil llegar ahí. Digamos que tuve criterio y suerte. Y armé un equipo de colaboradores bueno.

PeR: ¿Y te habías querido postular, o te dijeron:”vos”?
Dr. Cabirón: Nosotros en la elección en Bahía Blanca, habíamos salido terceros, no segundos. Por lo tanto venía la siguiente y ninguno quería ser candidato a Intendente. Algunos querían ir de diputados, de senadores, de concejales, pero de Intendente no quería nadie. Yo digo: -“¿Qué puede pasar, que salga segundo?”
No tenía posibilidades de ganar, en los papeles. Empezó el fenómeno Alfonsín, y lo ayudaron algunos, como Herminio Iglesias que quemó el cajón. Y la gente, por una cosa o por otra, siguió el bum de Alfonsín, y atrás, de Alfonsín, fuimos los que estábamos con él. Y entré.

PeR: Con el 53%.
Dr. Cabirón: Sí, sí. Excepcional. Y ahora, el 31 de octubre, vamos a hacer un recordatorio de lo que fue esa jornada excepcional.

PeR: ¿Qué se sentía ser el primer Intendente democrático después de tanto tiempo? ¿O no se sentía nada particular? 
Dr. Cabirón: Sí, sí, se sentía. Era una responsabilidad. Estabas en la mirada de todos. Había que salir adelante y salir bien. Pero yo fui inflexible, el que se mandaba una macanita volaba. Si la hubo, no me enteré, pero si me enteraba, a otra cosa. Algunos habían muerto, bueno, los habían matado. Si a éstos los mataron, te imaginás, lo menos que teníamos que hacer era honrarlos. Era una gran responsabilidad, pero también un orgullo. Yo siempre digo que la primera vez gané por Alfonsín, pero la segunda, gané por las mías.

PeR: ¿Y la convivencia con los demás políticos? ¿Había algo, o se dieron una mano entre todos?
Dr. Cabirón: No. Había algunas rispideces, pero era gente buena, o sea, coincidíamos. Por ahí nos peleábamos, pero coincidíamos. Los que tenía en contra eran Echeverría, de empleados de comercio, dirigente gremial, Diskin, con una gran trayectoria. La relación fue buena.

PeR: En un diario de esa época hay una frase tuya: “Estamos cansados de tanta podredumbre”. Los “ilícitos del sur”. ¿Qué pasó ahí?
Dr. Cabirón: Ahí lo que pasaba es que la gente sabía y preguntaba. De repente aparecía un Fulanito, o había algunos personajes que pasaron de canillita a campeón. Yo dije algo como “vienen olores feos del Sur”.
Al día siguiente salió en el diario un comentario de lo que había dicho, y voy a tomar un café en la galería Florida, porque en la Municipalidad no se tomaba café. Economía pura.(se ríe). Allá un tipo dice, para que yo escuche, que estaban todos metidos o algo así. Salí de ahí y a los 10 minutos hice la conferencia de prensa. 

PeR: ¿Qué estaban techando, Tierra del Fuego?
Dr. Cabirón: (se ríe) Sí, las chapas fue lo más conocido. Pero no sabés las cosas que se llevaban. Equipos de golf. Imaginate jugando al golf en Tierra del Fuego, ¿dónde se va la pelotita? A la Antártida. Llevaban de todo, pero de gran valor económico y allá llegaba cualquier cosa, o, llegaban los remitos, pero no la mercadería. El negocio estaba en el reembolso. Llevaban una tacita a $0.50 y te daban $4.50. 

PeR: ¿Y ahora, cómo es la historia de la Bahía? La gente, la ciudad…
Dr. Cabirón: La verdad es que la veo mal. Hay problemas que no los podés solucionar desde el Municipio. Tenés el problema de la inseguridad. Pero yo creo que eso se soluciona con el ejemplo. Empezando desde arriba. Vos tenés que dar el ejemplo. Pero si vos lo ves a Boudou, presidiendo el país, entonces…, es como dicen:”si todos roban yo también”.
Otro tema es el de la droga. ¿Cómo hacemos algo? Te dicen que la droga que se secuestra es el 10% de la que circula y acá hacen procedimientos que son importantes. Los que tiene que controlar a veces se prenden. Es un negocio muy rentable. 

PeR: ¿Y los chicos, que andan vagando en soledad?
Dr. Cabirón: nosotros hicimos un programa muy interesante:”La casa del menor en la calle “Y un día me llama una jueza de Neuquén para preguntarme. Había un pibe que había estado acá y le contó. Me llamaba para ver si era cierto. Pero en ese caso encontramos a la gente, tipos que eran excepcionales.

PeR: Durante tu gobierno empezó el Polo, ¿no?
Dr. Cabirón: No, cuando estaba yo se inauguró. Lo primero que se hizo del polo fue la planta de separación de urea, que está más o menos en el KM 805, frente a Cerri. Se terminó eso, fabricaban el etileno, pero después no podían venderlo, y así se fueron haciendo las otras plantas.

PeR: ¿Pero cómo quedó tan encimado a White? Se dice que ofrecieron comprar todo White, pero los vecinos no querían dejar sus casas.
Dr. Cabirón: Cuando vino Elva Roulet, arquitecta, que ya no era Vicegobernadora, vio el puerto, me preguntaba por qué se hacía eso al lado de las casas. Y la gente de White, quería, porque era una fuente de trabajo. Se hizo. Y ahora no se va a sacar, pero la gente tampoco se quiere ir. Hay que ver las posibilidades que tiene de irse a otro lado. Ese es otro tema, ¿viste?

PeR: Y la ciudad, ¿está tan pinchada?
Dr. Cabirón: Hablar del tema de Absa es….Pusieron un aumento la vez pasada. Ahora viene otro peor. Eso con plata se arregla, pero con gestión, también se arregla. Porque acá hay una pésima gestión.

PeR: Sin hablar de partidos políticos, la esencia de tu ideología política, ¿en qué se basa?, ¿en qué principios?
Dr. Cabirón: Por supuesto en la democracia, donde el pueblo, los ciudadanos eligen a quienes los van a gobernar. Eso es una pata. La otra pata es la república, es la división de poderes, el control. Y eso es lo que no funciona, lo que no se hace. Los orígenes del partido radical son los del partido republicano. La división de poderes es el ejercicio del control. 

PeR: ¿Hay un rumor de que te vas a postular nuevamente?
Dr. Cabirón: Sí.

PeR:¿Y te conviene, anímicamente?
Dr. Cabirón: Mirá, no sé si me conviene o no me conviene, pero las cosas están tan mal que me pregunto: “¿Tengo derecho a tratar de colaborar para mejorar esto?”. Bueno, yo me postulo. La gente dirá.

PeR: Es cierto, la gente dirá. No te quiero quitar más tiempo. Te agradezco mucho
Dr. Cabirón: Cuando quieras.

La histórica Estación Sud, va perdiendo su brillo en las primeras sombras de la noche. En la Bahía ha dejado de llover…

Reseña histórica: Las primeras elecciones libres al término de la última dictadura consagraron en 1983 al abogado Juan Carlos Cabirón como nuevo Intendente de Bahía Blanca con el 53% de los votos. Por aquellos años, la ciudad exhibía un desarrollo mediano que no provocaba una excesiva complejidad: el puerto generaba una actividad interesante, el Polo Petroquímico se encontraba en sus inicios y en general puede decirse que los problemas urbanos podían resolverse. Asimismo, es correcto interpretar el apoyo decidido de la ciudadanía bahiense al candidato de la UCR como parte del apoyo que concitó el Dr. Alfonsín, quien expresaba entonces los anhelos argentinos por justicia, libertad, paz y estado de derecho.
El intendente Cabirón se propuso dotar al Hospital Municipal de mayor complejidad y capacidad de atención, extendió el tendido de agua y cloacas a los barrios que no poseían esos servicios, estableció un nuevo espacio para el tratamiento de la basura y luchó contra vectores que provocaban serios trastornos. Estas iniciativas concitaron la aprobación popular y el Dr. Cabirón fue reelegido en el año 1987. En esta ocasión lo votó casi un 46% de los bahienses. (Fuente: Revista Forjando.-De alianzas y circunstancias.- Nilda Burstein.2010)

“Los ilícitos del sur”: El 8 de marzo de 1988, una asamblea de la UCR sirvió para que el entonces intendente Cabirón alertara sobre los “malos olores” que llegaban desde Tierra del Fuego, desatando el escándalo. La intervención judicial se originó el 6 de abril de 1988, con el objeto de investigar operaciones de exportación –presuntamente fraudulentas– realizadas en el área aduanera especial de Tierra del Fuego, al amparo de la ley 19.640. Pese a que ya pasó más de un cuarto de siglo desde que Cabirón denunciara la maniobra, el caso”, aunque parezca increíble, sigue acumulando pasos procesales en los estrados tribunalicios. (Fuente: La Nueva-2013) 

Visita de Juan Pablo II: el Papa Juan Pablo II iniciaba el 2do día de su viaje apostólico a la Argentina, trasladándose el martes 7 de abril de 1987 a la ciudad de Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires, donde fue declarado oficialmente “huésped ilustrísimo” y el Intendente Municipal Dr. Juan Carlos Cabirón, le entregaba las llaves de la ciudad. Allí fue recibido por unas 130.000 personas con el canto «Gracias, Juan Pablo», compuesto con motivo de esta visita por el músico local Walter Giménez.(Fuente: Ludmila Hribar)

Cesar Milstein: El científico bahiense, radicado en Inglaterra recibe el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por su trabajo en el desarrollo de anticuerpos monoclonales. Fiel a sus ideas libertarias, Milstein no patentó sus descubrimientos, que legó como propiedad intelectual de la humanidad.
Sus observaciones son fundamentales para comprender el modo en que batalla el organismo humano contra virus y bacterias. Tras décadas de trabajar para entender el modo en que trabaja el sistema inmunológico humano, el doctor Milstein recibe el reconocimiento de la Academia de Ciencias Sueca en 1984(Fuente: Radio Nacional.-Efemérides.-2014)

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