miércoles, 8 de abril de 2015

La literatura asentada que se anima a viajar


Por Iara Fortunato
 
Entre varios libros sin clasificar y con algunos rayos de un sol que anticipa la llegada del mediodía, Federico se encuentra ordenando el material de la biblioteca. Saca ejemplares de una caja y, sorprendido por las extrañezas que van apareciendo, decide qué textos llenarán los estantes y cuáles – por autor, estado o algún otro condicionante- no formarán parte del inventario de “Los poetas mateístas”, un lugar que reúne historias de una ex - estación ferroviaria, literatura, costumbres argentinas y una gran necesidad de hacer circular la palabra de pequeños grandes autores y editoriales autogestionadas.
Los colores pasteles pero llamativos con que se pintó el espacio cedido por la Asociación de Fomento Almafuerte para permitir el emplazamiento de la biblioteca, que era ambulante y ahora también es fija, denotan la personalidad de cada uno de los integrantes del equipo: llenos de vitalidad y ganas de hacer, no socios, sino amigos, compañeros emprendedores de proyectos. Y así, abiertos a todo tipo de propuestas que impulsen el crecimiento de este espacio y exploten la cultura bahiense, han logrado ofertar talleres donde se abordan diversas temáticas.
 
Federico se ríe mucho: se enfrenta solo a un cuestionario para el que no se siente preparado. Sin embargo, pese a sus titubeos, logra con destreza oral salir ileso y contarnos de qué va la biblioteca, quiénes están detrás de esto y qué objetivos persiguen.
La biblioteca comienza a gestarse desde mitad del año pasado. “Muchos compañeros se conocían de antes, tenían la misma inclinación de trabajar con la literatura. Muchos estaban cercanos al espacio de La Nave, otros venían de Proyecto Azahar”, dice Federico. Pero, para poder concretar el sueño de la biblioteca propia, era necesario poder fijar sus raíces en algún lado. Acá es donde entra en escena la gente de la Asociación de Fomento del Barrio Almafuerte, quienes actualmente comparten instalación con los mateístas. Llegó la información de que este espacio estaba disponible y nos lo cedieron”. Finalmente, pinceladas y limpieza más tarde, el 15 de marzo pueden, junto a otros artistas de la ciudad, dar inicio formal a la biblioteca.
Un espacio así no se construye solo. Se necesita de gente dispuesta a entregar su tiempo, sus fuerzas y conocimientos para ponerlo en pie. “Somos unas diez personas. Algunos no estudian, otros estudian letras, historia, filosofía, psicología…”. Así que hay de todo. Cada uno, desde su lugar y su amor por la literatura, interviene en todo tipo de actividades para hacer crecer este emprendimiento.
 
‘Los poetas mateístas’ tiene una cualidad que la distingue de las demás bibliotecas: es fija y ambulante. “Fija, porque tiene un lugar propio, en el que se dan talleres. Un intento de relación con el barrio y el medio. Ambulante porque la idea es que los libros se muevan. Hacia distintos lados: instituciones, escuelas, eventos…”. Buscan, con esto, salir de la tradición de la biblioteca quieta, presa de su edificio. Aprovechar los beneficios de contar con un lugar estable, pero también poder trasladarse: si los lectores no pueden ir a los libros, entonces los libros irán a los lectores.
 
¿Qué tipo de libros nos podemos encontrar en la ‘biblio’? “Estamos trabajando fundamentalmente libros latinoamericanos y de editoriales autogestionadas, preferentemente contemporáneas”. ¿Discriminan? Para nada. También reposan en las repisas de la biblioteca libros de otros continentes, de diversos autores y variadas temáticas: filosofía, teatro, política. Un potpurrí de géneros y estilos. En cuanto a editoriales autogestionadas, actualmente trabajan con Proyecto Azahar (Micaela Varela, integrante de ‘Los poetas mateístas’ forma parte también de la editorial) y Ediciones Parrhesia. La intención es abarcar editoriales de la zona, para poder brindar mayor cantidad de posibilidades a los lectores y expandirse en otros distritos.
Para aquellos que quieran conocer la biblioteca en su forma ambulante, se realizará un festival en conjunto con La Nave y Proyecto Azahar. Además de una buena varieté de circo, se presentará un grupo de susurradores de poemas, se realizará una exposición de talleres y, para quienes gusten de lo gastronómico, habrá comida para degustar. La cita es el domingo a las 16, en las instalaciones de La Nave. Cualquier consulta a la biblioteca se puede hacer en la Asociación de Fomento del Barrio Almafuerte (Sixto Laspiur 456) o al Facebook: Biblioteca Fija y Ambulante.

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