Lautaro Peñaflor- Bahía
Blanca
El público estuvo compuesto- en su mayoría- por estudiantes. |
Ayer estuvo presente en Bahía
Blanca el abogado Leandro Halperín, especialista en Derechos Humanos y
Políticas Penitenciarias, y titular de la cátedra de Derecho Penal de la UBA.
Durante su visita, dio una charla acerca del Sistema Carcelario Argentino, que
tuvo lugar en el Salón de Actos de la Universidad Nacional del Sur. La
actividad fue desarrollada en el marco de un ciclo de charlas-debates,
convocado por la agrupación estudiantil Franja Morada, bajo la consigna “Las
deudas de la democracia”.
Consultado por PeR acerca del
funcionamiento del Sistema Carcelario argentino, Halperín expresó que “No
cumple ninguna de sus funciones: no previene, no repara, no cuida, no reeduca.
En este contexto están las cárceles argentinas. Hay un fracaso que empuja a
revisar lo que venimos haciendo. Lamentablemente, en Argentina la cárcel no
sólo no es parte de la solución, sino que además, agrava el problema. Uno
podría pensar entonces que el sistema penal es un fracaso. Yo pienso que no,
que el sistema penal argentino tiene éxito: es concebido para hacer daño, y
logra hacer daño”.
Asimismo, respecto al surgimiento
de la problemática, el abogado fue categórico al afirmar que “La democracia no
entró en las cárceles argentinas. Es la única institución que sigue puramente
en manos de fuerzas de seguridad, reglada todavía por una Ley de la Dictadura
de Onganía, que ni siquiera fue la última, hace más de 40 años. Sigue
manteniéndose en forma igual. La cabeza son fuerzas de seguridad, los
psicólogos son fuerzas de seguridad, los asistentes sociales son fuerzas de
seguridad… Sigue siendo la misma institución oscura, vertical y violenta. En
las cárceles, como son instituciones violentas, los conflictos se resuelven en
forma violenta: se da o un motín, o una huelga de hambre, o una batucada. El
servicio penitenciario sabe cómo responder a esto: con palos largos, cascos y
pecheras duras, entran al pabellón, rompen huesos, se retiran y problema
solucionado. Quien están ahí no conocen otra forma, y precisamente, son otras
formas lo que hay que pensar y mostrar”.
Por otra parte, en lo que atañe a
las posibles formas de combatir los flagelos vinculados de la pobreza, la
delincuencia y las cárceles, el experto explicó que da clases de derecho en
prisiones, por medio de un programa de la UBA, brindando la posibilidad a los
presos de formarse y educarse. “La población que está en cárceles, en general, no
pudo acceder a la educación: más del 40% no terminó la primaria, y más del 80%,
no terminó la secundaria. El Estado, cuando trabaja con una persona, tiene la
posibilidad de darle herramientas para que modifique su vida. En lugar de esto,
llegan a un lugar que promueve conductas conducentes a reiterar lo mismo que
las llevó a estar ahí”, enfatizó Halperín.
Cabe destacar, en este sentido,
que La Universidad Nacional del Sur, por medio del Departamento de Derecho,
también posee un programa llamado “Educar para Reinsertar”, por el cual
personas privadas de la libertad en la Cárcel de Villa Floresta de Bahía
Blanca, y otras aledañas, pueden estudiar.
Por último, Leandro Halperín
llamó a la reflexión: “Cerca del 45 o 50% de las personas que recuperan la
libertad, vuelven a delinquir; pero menos de un 10% de nuestros alumnos vuelven
a las cárceles. Esto no significa que la Universidad sea medicina contra el
delito, de hecho no lo es. Nadie puede asegurar que, por acceder a la educación
superior, uno no va a delinquir. Pero la educación brinda oportunidades, de
elegir con libertad de qué manera uno quiere vivir su vida. Lo mismo sucede con
la posibilidad de tener un empleo. En la cárcel habitan hombres y mujeres, que
no tuvieron oportunidad de elegir cómo vivir. Hay que romper con ciertos
prejuicios: todas las personas tendrían que acercarse a las cárceles y ver lo
que sucede, para enfrentar esos prejuicios. Uno tiene que entender cómo se
llega a cometer un delito. No justificar, pero entender quiénes son los que
están en las cárceles argentinas, para pensar de dónde venimos, dónde estamos,
y a dónde vamos”.
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