lunes, 1 de octubre de 2018

El parque San Martín se reinventa


Jonathan Settembrino
La calesita: una invención atemporal.
Nuestros abuelos y nuestros padres han disfrutado en la niñez de este invento tan particular que incluso hoy en día sigue manteniendo viva  la mirada de admiración en los más niños y una mirada de nostalgia en los más adultos. Hace poco más de dos años una calesita fue inaugurada en la Plaza General Belgrano y hace menos de un mes otra más dio luz en el flameante parque San Martín.
Virginia Juárez una de las tantas madres que lleva a su hijitos de 5 y 7 años al parque nos brindó unas palabras para Periodismo en redacción.
-Imagino que ya no te subís a la calesita pero recordaras otros tiempos cuando si lo hacías ¿cómo se siente traer a los niños a este lugar?
La verdad la primera vez fue muy emotivo y creí que iba a ser la primera vez pero siempre que venimos se me viene alguna imagen en la cabeza de cuando era niña y con amigos nos subíamos. Nos traía el abuelo de una amiga de la infancia que aún hoy es una gran amiga, casi una hermana de la vida.
-Además de los divertimentos variados que ofrece esta generación más tecnológica  ¿notas que aún se mantiene ese enamoramiento en la primera infancia sobre la calesita?
Sabes que al principio cuando me enteré de la puesta en marcha de la calesita sentí alegría y tristeza. Creí que los niños no le iban a dar el interés que le habíamos dado hace algún tiempo los adultos pero noté todo lo contrario.
-¿Qué se siente ahora que sabes que la calesita es un invento que traspasa las barreras del tiempo?
¡Una enorme alegría! ¡Imagínate!  Yo trabajo con niños todo el tiempo y trabajé toda mi vida. Es hermoso ver los ojos de ellos envueltos en felicidad por cada ronda que dan.
-Muchas gracias por tu tiempo, te dejo así te subís un ratito antes que termine el día
-Ojalá me dejen (risas).  Muchas gracias a vos por la entrevista

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