Por Martín Juliá
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| Sadhus despidiéndose del escenario. |
La cultura emergente sigue a flor de piel y el sábado fue un fiel reflejo de ello.
Dos bandas, estilos similares y opuestos fueron las protagonistas de la noche: Sadhus (Rock) y Cannonball (Blues).
La cita se dio en Soler 687 y el encargado de abrir la noche sería el blues de la mano de Cannonball que, con una lista de 10 temas, recorrerían canciones de Steve Ray Vaughan y temas propios. Las luces bajaron y los acordes de “Hide away” le darían la bienvenida a una noche que incitaría al movimiento de la cabeza y del pie, o en ocasiones el deleite del baile Rockabilly por parte de los espectadores. Más tarde sonaría “Un lugar para tocar” que daría punto final a la presentación de la banda.
Minutos más tarde subirían a escena los músicos de “Sadhus” y entonarían las notas de “Tenes que parar” que, paradójicamente también coronaría una presentación repleta de actitud y diversión. Desde temas propios hasta covers de “La Renga”, “Pink Floyd” y “Nirvana”, entre otros, la banda liderada por Martín Bordenave dejaría en claro que lo importante del rock es divertirse y pasarla bien.
Tras ser consultado, Bordenave afirmó que “Sadhus se sube a divertir, a conversar con el público y hacerlo participar, si el público no disfruta no nos sirve de nada, algo estamos haciendo mal”. Además, resaltó que la cultura under es muy grande y que va a llegar a ser algo muy grande, “solo falta unirnos un poco más”, añadió.
En otras palabras, el músico hizo hincapié en que no hay que dejarse llevar por los estereotipos, hay que romper con “lo mismo de siempre, ir a ver y mantenerse unidos”. Destacando siempre que la unión hace a la movida dejó las puertas abiertas a una cultura emergente que día a día está adquiriendo más peso dentro de una ciudad fría.
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