jueves, 30 de agosto de 2012

La educación ambiental en Bahía Blanca


Por Ana María Domínguez

Hace tiempo que la conciencia ambiental alcanza a más ciudadanos desde la educación informal en Argentina. Pero hace poco comenzó a incluirse en el aprendizaje formal, llegando a ser parte de los contenidos de áreas curriculares.

Desde la educación informal, nuestro país cuenta con grandes posibilidades de alcanzar esta instrucción: se dictan cursos, talleres, charlas y hasta actividades regionales en el globo como, por ejemplo, el Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental que se realizó en la ciudad de La Plata en septiembre de 2009.
En nuestra ciudad “lo ambiental” surgió hace poco. Si bien existen ONGs que llevan mucho tiempo funcionando, como Tellus -hace más de 20 años que viene haciendo este tipo de  actividades-, nunca fue tan masivo como hasta ahora.
Marcela Montico tiene 43 años. Aunque es maestra de educación inicial y primaria, se dedicó a los niños del prescolar. Sus proyectos surgen de las iniciativas de sus alumnos.
En el jardín de infantes 935 todo esta en marcha. Los chicos listos, las bolsas de residuos vegetales distribuidas y la tierra preparada. Hoy Marcela va a trabajar junto a ellos en la reutilización de los desperdicios domiciliarios para producir abono orgánico.
 A su vez, comentó sobre un proyecto que realizaron el año pasado en la sala de 5 años “un alumno que viene caminando y se choca siempre con el mismo basural acá cerquita, vino a plantear ¿que podemos hacer con la basura?, ¿porque siempre hay basura cerca del jardín? Lo que yo quiero incentivar en los chicos y en los papás es el concepto de que si nos quedamos esperando que las autoridades resuelvan y demás y no hacemos nosotros, no llegamos a nada…entonces hicimos una recorrida, relevamos datos, hicimos encuestas en las familia sobre que problemas había, sobre descampados y basurales cercanos. Realizamos una entrevista al delegado municipal y él se comprometió a limpiar el basural y nosotros emprendimos una campaña con los vecinos, con folletos y afiches para que no tiren basura”.
La docente recuerda que este año otro alumno trajo la inquietud sobre la gente pobre que él había visto en el centro de la ciudad. El proyecto en este caso fue fabricar leños ecológicos, con materiales reciclados y se entregaron a dos familias humildes de la comunidad escolar.
Así como Marcela, muchas otras maestras están trabajando en Bahía Blanca con temáticas muy variadas. Desde los planes de trabajo que llegan de la Dirección de Escuelas se incluye en sus contenidos la formación del ciudadano ambiental. El área responsable es Ambiente Natural y Social, desde donde se promueven cursos de actualización sobre dichos temas.
“Hay que escuchar al chico, respetarlo y acompañarlo en sus inquietudes. La educación ambiental formal es parte del sistema, solo hay que ponerse a hacer”, concluyó Marcela
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