miércoles, 14 de noviembre de 2012

Combatir el empleo informal

Por Carolina Padilla

Punta Alta- El trabajo en negro ha sido una de las problemáticas que afecta desde siempre al mercado laboral argentino, denominado también como “trabajo no registrado” o “trabajo informal”. El mismo ha sido definido como aquél que constituye una relación laboral entre trabajador y empleador bajo el incumplimiento de ciertas formalidades legales.

Dra. Gabriela Aparicio.
Debido a este tema Periodismo en Redacción se acercó a la Sub-Delegación del Ministerio de Trabajo en la ciudad y conversó con la abogada Gabriela Aparicio, quien hace un año y medio desempeña sus funciones en la sede de calle San Martín Nº 556.

“El objetivo es que hay mucha gente que necesita ser asesorada por los problemas laborales, las consultas con los abogados son muy caras, y esto es un gran inconveniente a la hora de hacer un reclamo”, comentó la Doctora.

Las funciones que se realizan son: asesoramiento, mandar los telegramas, llevar a cabo la conciliación y en el caso de que se termine en juicio se deriva a la regional del Ministerio en Bahía Blanca. También se realiza el control en la rúbrica de los libros de los comerciantes, en lo referente al sueldo de sus empleados.

Con total optimismo, Aparicio dijo: “Todas las consultas que pasan por esta oficina son gratuitas para el empleado, se mandan los telegramas gratuitos, se realizan las conciliaciones, se trata de buscar siempre un arreglo, prefiero que la gente se vaya con su plata, aunque sea algo”.

Acerca de cómo es el procedimiento después de presentada una denuncia, señaló: “Por medio de las denuncias, en el mayor de los casos anónimas, se manda un inspector laboral o de seguridad e higiene de acuerdo a la misma, muchas veces las personas tienen miedo a denunciar por quedarse sin fuente de trabajo, ha habido casos en los que son echados y se quedan en la calle sin cobrar nada”.

Dentro de las consultas sobre el empleo informal, se encuentran aquellas referentes al cuidado de personas mayores, servicio doméstico (no tanto por el sueldo sino por el maltrato verbal que tienen los empleadores sobre las empleadas), también el trabajo en panaderías y/o fábricas de sándwich, donde se encuentran totalmente expuestos a altas temperaturas y sin ningún tipo de cobertura social. Un tema aparte es la construcción, que al ser realizado por los hombres cuesta más que se acerquen a denunciar, debido a que en muchos de los casos son sostén de familia y no pueden darse el lujo de perder el trabajo.

Edificio del Ministerio de Trabajo.
La relación con el municipio local es casi nula, pero la Dirección de Acción Social está trabajando con la Ley Alas, la cual va dirigida para aquellos microemprendimientos sociales y va de la mano del monotributo social.

El Ministerio desarrolla en los municipios los programas Preba y Ceclas, orientados a la inserción laboral de personas con capacidades diferentes y a la regulación del empleo en blanco, brindando capacitación y ayuda económica a microempresas que adhieran a los mismos.

“La discreción es fundamental en todas las consultas, el apoyo siempre va dirigido hacia el empleado; blanquear servicio doméstico o cuidado de personas cuesta sólo $95, en la ciudad se pueden hacer todos los trámites, debido a que hay una oficina de AFIP en la misma. El que quiere puede, cumplir con la Ley es una obligación que tenemos todos”, puntualizó Gabriela, quien al cierre de la nota muestra un gran entusiasmo por los logros obtenidos y los que vendrán.

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