viernes, 30 de marzo de 2018

El escenario natural de las playas se modifica

Por Patricia Berrutti 
En el Colegio de Arquitectos de Tres Arroyos

El paisaje de los balnearios del distrito tresarroyense ha cambiado. La presencia de piedras en la playa no se discute y éstas se incorporan muy silenciosas a las costas. Los turistas tropiezan cada vez más, por consiguiente, son ellos quienes se inquietan por la falta de espacio arenoso. 
Con este panorama, hacemos referencia a la erosión costera, que a pesar de ser un fenómeno natural, la actividad del hombre colabora negativamente. 

El avance del mar es un problema de toda la provincia de Buenos Aires. Sus causas más relevantes tienen que ver con la mano del hombre. Puntualmente, en la costa del partido de Tres Arroyos, que incluyen Claromecó, Reta y Orense, pueden apreciarse como la arena se ha “perdido” y la zona de baño es mucho menor que hace unos años atrás. 
Al respecto dialogamos con el arquitecto tresarroyense, José Duca, quien hace referencia, al tema. 

“Si hablamos técnicamente, decimos la actividad antrópica modifica el ambiente y recién ahora nos damos cuenta de que está sucediendo esto porque lo vemos, lo vivimos”. 
El profesional describe que antes un turista bajaba al mar y tenía que caminar muchos metros para llegar a la arena húmeda, debía correr porque la planta del pie se “quemaba”. Hoy existe un retroceso en la cantidad de arena, y se relaciona con fenómenos naturales, porque la naturaleza tiene sus movimientos. 
Enquinchado en Claromecó

Los vientos más poderosos y que más afectan son los vientos del sur, las famosas sudestadas; estas tormentas, provocan un ascenso de olas sobre el nivel esperado, pero no son de gran persistencia, sino muy esporádicas. 
En consecuencia, naturalmente llevan arena, generando médanos que luego el viento dominante, del norte, vuelve a desparramarla. Por ello se lo llaman dunas o médanos vivos. 

El arquitecto aclara que antiguamente el Estado, con otro paradigma, pensó que esto era malo para la costa bonaerense, por ende, se promocionó la forestación. 
“Los famosos Viveros Dunícolas, como tenemos en Claromecó, son una de las creaciones de los Ministerios de Agricultura. La idea era forestar para fijarlos y de alguna manera impedir que penetren. Con los nuevos estudios hoy se sabe que frenaron el avance, pero cortaron el flujo de esa cadena natural, de ir y venir. Porque el viento del sur tira la arena, choca contra el árbol, cae, se deposita y después el viento norte no puede traerla. Así el médano se hace más alto con forestación y cada vez tenemos menos playa”-aseguró. 

Algo más, pero equivocado 

El arquitecto agregó que los delegados de los balnearios realizan de manera errónea la limpieza de las playas. Al sacar arena de la costanera se nivela con el mar y las aguas suben cada vez más. De esta forma no habrá playa. 
En otro sentido, José Duca agregó: “también tenemos que tener en cuenta que la entrada de vehículos a la playa perjudica la naturaleza. Genera erosión, los autos pierden aceite, líquidos y esto contaminan. Deterioran la naturaleza y los elementos vivos, por ejemplo las almejas. Ya no hay en la costa, desaparecieron y esto es el alimento de las corvinas, por eso tampoco hay tantas corvinas negras como antes”. 

Una alternativa que se presenta ante la erosión es el enquinchado. Este método es una “trampa de arena”, que se hace con ramas secas y se ubica acorde a la deriva de los vientos. La arena, en lugar de subir, se acumula, y después de un tiempo, se vuelve a la playa. 
El método de barreras eólicas fijas (enquinchados) se realizó estos últimos años con muy buenos resultados en la villa balnearia de Claromecó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario