martes, 20 de noviembre de 2018

¡Ellos, profesionales de la salud!


Sol Anconetani
La Licenciada en Enfermería, Isabel Martínez,
se graduó de la Universidad Nacional de Rosario y
hoy en día vive en la Ciudad de Punta Alta.
El 16 de noviembre, tras la aprobación de la norma que trasformó a los enfermeros de CABA a empleados administrativos, la Licenciada en Enfermería Isabel Martínez, del Hospital Eva Perón, aceptó responder una serie de preguntas al respecto y de su profesión.
P: ¿Qué es lo que a usted le inspiró a ser enfermera?
R: Algunas veces me es difícil definirlo. Porque cuando uno es joven habla de la vocación y de todo este sentimiento que cuando uno elige una carrera no es que lo sienta previamente, a veces, se elige una carrera porque tiene ciertas inclinaciones. Verdaderamente, la vocación la sentís después.
En mí caso, por ejemplo, entré por primera vez a un hospital y sentí que era mi segunda casa. Pude sentir que podía manejarme en todos los lugares, y que cada lugar en donde yo iba pasando empezó a ser parte de mi vida, y una sensación de alegría que no lo había sentido antes. Esa sensación de felicidad de poder ayudar a un paciente o hacer todas las funciones que se van haciendo dentro de enfermería. Por ello, puedo afirmarte que solo sentí una inclinación, luego descubrí que era mi vocación.
Con el tiempo si fui dándome cuenta que había cosas que me habían marcado. Por ejemplo, recuerdo la vez que le mostré una foto a mi mamá de cuando me recibí, ella se puso a llorar. La abracé tímidamente mientras le decía “Bueno, mami esto es lo que elegí. Lo siento si no te gusta.” Y ella después me dijo: “Es que yo toda mi vida quise ser enfermera, y nunca pude”. Entonces yo de ahí me doy cuenta de que, por eso es que de niña he estado en los hospitales más de lo habitual de lo que un niño iría. Justamente porque acompañaba a mi mamá, porque ella siempre estaba siendo solidaria con vecinos, o familiares, y siempre iba al hospital. Yo por ser la menor la acompañaba. Creo que esa es la explicación de porque sentía que el hospital era mi segundo hogar.
P: ¿Cómo fue siempre su trabajo como enfermera?
R: Como enfermera yo he pasado por diferentes funciones. Desde la función asistencial propia, que se hace desde el hospital que es el cuidado, el abordaje al paciente que sería del segundo nivel de atención de salud. He estado en cuidados críticos de adulto que eso ha marcado bastante mi accionar del día de hoy. También estuve en el primer nivel de atención, que son: promoción; prevención; y todo lo que hace el área de las salas médicas o los CAPS, en los cuales he hecho mucha actividad. Además de estar en lo que es Jefatura de Enfermería, en donde estuve tres años, y enseñé mucho tiempo en la Universidad Nacional del Sur.
Hoy en día trabajo para el Ministerio de Educación, dictando cursos para cuidadores de adultos mayores a domicilio o en instituciones, a la vez que estoy cumpliendo una función de coordinación de las Salas Médicas de todo el Distrito de Coronel Rosales, lo cual incluye la programación; supervisión; la ejecución de trabajos; y sistematización de todas las actividades que se desarrollan dentro de cada sala médica y a su vez en general de todo el Partido de Coronel Rosales.
P: ¿Qué es lo que ud opina de la problemática del no reconocimiento de los enfermeros como profesionales de la salud?
R: Esto que está ocurriendo hoy no es más ni menos el comienzo de hacerse visible un problema que viene desde hace mucho tiempo atrás.
La enfermería, si bien se considera que es una de las primeras profesiones que ha estado en el mundo, ejercido por mujeres y que ha tenido esta misión de cuidar al otro, no ha sido reconocida debidamente. Se ha visto al cuidado de la salud como una cuestión de género, por lo que no se le dio mucha validez. Sin embargo, a través del tiempo esto ha ido cambiando ya dejamos el empirismo, y el cuidar a alguien por ensayo y error; se fue incorporando la educación formal, hoy tenemos enfermeros que se formalizan en las universidades.
Pero, esta lentitud que nos está pasando en el reconocimiento de la enfermería como profesión viene también por esta otra cuestión de que nosotros hemos estado formando lo que es la vocación, internalizando ese término, de que lo hacemos porque es nuestra aptitud y que por ello debemos aceptar lo que se nos ofrezca. Ahora estamos cambiando, y a eso le estamos acompañando con lo que es “somos profesionales de la salud”, por lo tanto, pasado un tiempo de la aparición de nuestras leyes, y llegada la nueva generación de enfermeros, se comenzó a visibilizar esta falta de reconocimiento. Ya sea a nivel social, económico, o jerárquico. Estamos sumidos en un momento de alerta, porque en la ciudad de Buenos Aires no se a querido incluir a los Licenciados en Enfermería dentro de la carrera de la profesión hospitalaria.
Son muchos los factores que han hecho que no fuera valorizada, nosotros tenemos solo el reconocimiento puro de la población, porque enfermería es una profesión muy querida, pero nos falta esos otros reconocimientos que son: remuneración—que es a igual tarea, igual sueldo— y los cargos de relevancia o de importancia son difícilmente alcanzados, siendo una lucha permanente.
P: ¿Qué es lo que usted opina de la situación de la poca cantidad de enfermeros recibidos en el país?
R: Nosotros tenemos que hacer un análisis sobre este tema. Tenemos enfermeros recibidos que son auxiliares en enfermería—que son muchos—; enfermeros profesionales y universitarios—que son un poco más—; y Licenciados en enfermería— que somos en todo el país, nada más que el 15%—. La razón por la que no hay más enfermeros con títulos universitarios y demás es la falta de reconocimiento en distintos ámbitos, como, por ejemplo, en lo social; y salarial.
La carrera de enfermería, lo que es licenciatura, son cinco años, más el secundario, es decir, ningún profesional puede serlo si no tiene previamente el secundario aprobado; y luego tener cinco años más de carrera. Por lo tanto, pensar en estudiar la profesión en donde a mí me va a dar un sueldo “x”, mientras que en otras carreras si me van a redituar mucho dinero. Ahí no hay mucho para analizar. Realmente, mejor hago el esfuerzo de estudiar otra cosa y no enfermería, que sabemos que vamos a entrar en una lucha desigual contra muchas otras profesiones. Eso es lo que creo que esta pasando al respecto con los pensamientos de las personas cuando eligen una carrera.
P: ¿En qué consiste la ley Larreta y qué opina al respecto?
R: Tiene un ámbito de competencia en la ciudad de Buenos Aires. Se trata de excluir de la carrera profesional hospitalaria a los Licenciados en Enfermería, y dos especialidades más. Por eso, es que al excluirlos toda la enfermería del país está en alerta y el 21 de noviembre, el día de la enfermería en Argentina, hay una movilización hacia Buenos Aires y también en las distintas ciudades se van a hacer manifestaciones, de manera que esto sea un encuentro nacional y que se haga visible el problema en todo el país para que se tomen cartas en el asunto y se revierta esta situación. Es inadmisible que, teniendo dos leyes que nos amparan venga otra ley a anular esos derechos que ya son adquiridos y que están por ley.
P: ¿Cuáles son las leyes que los amparan?
R: La primera que nos amparó es la Ley Nacional 24.004 que es el Régimen Legal del Ejercicio de la Enfermería—aprobada en 1991—; y la otra ley que es la Ley Provincial 12.245 que es de Ejercicio de la Enfermería en la Provincia de Buenos Aires—sancionada en 1998—. Estas son las dos leyes madre que nos rigen acá dentro de nuestra provincia. Entre ambas solo hay algunos puntos diferentes que tenían que ver con los tiempos para la matriculación de enfermería, el resto es todo igual.
P: ¿Qué palabras de aliento le puede ofrecer a los estudiantes para que no se desanimen?
R:  Verdaderamente, yo considero que el trabajo de enfermería, independientemente de todos los sin sabores que teneos con respecto a este tema, es la satisfacción, el abordaje, y el reconocimiento de todas aquellas personas a las cuales nosotros tenemos contacto. Eso es impagable. Siempre les digo a mis alumnos que no dejen; que continúen; que el reconocimiento social y el dinero es algo que podemos seguir luchando, que en algún momento esto va a cambiar, y que si no desean quedarse en nuestro país hay otros países en los cuales la enfermería— de acuerdo a los títulos obtenidos— tienen una alta remuneración. Y, entonces, si ellos sienten esa vocación o inclinación de ser enfermeros que no abandonen, porque sabemos a lo que nos vamos a enfrentar, pero, eso no es invencible. Ahora nos estamos uniendo, y la unión hace la fuerza.

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